Un abeto rojo decorado con 18.000 bombillas de tecnología LED y esferas de arcilla diseñadas por niños ingresados en las unidades de oncología de diferentes hospitales italianos, iluminará la noche romana en la Plaza de San Pedro durante laNavidad de este año.
Junto a él, habrá un pesebre donado por la archidiócesis y el gobierno de Malta ideado por un artista local de la isla de Gozo.
La iluminación, tanto del árbol como del pesebre –de bajo consumo y respetuosa con el medio ambiente–, se inaugurará el próximo viernes 9 de diciembre a las 16:30, y permanecerá hasta la noche del domingo 8 de enero, día en que se conmemora el Bautismo del Señor y en que concluye el tiempo litúrgico de Navidad.
Según un comunicado difundido por la Sala de Prensa de la Santa Sede, el abeto medirá 25 metros de alto, tendrá un grosor máximo de 75 centímetros y lo donará el ayuntamiento de Scurelle, localidad italiana situada en la Provincia Autónoma de Trento.
El árbol se cortará el 13 de noviembre. Ese mismo día, los niños de la escuela elemental de Scurelle plantarán cerca de 40 nuevos abetos rojos y alerces en una zona cercana donde en el curso del otoño se desplomaron algunos árboles como consecuencia de los parásitos.
Tras cortarlo, el gran abeto se transportará a la capital italiana con la ayuda del ejército, de protección civil y de personal de la dirección de servicios técnicos y de los jardines vaticanos.
El pesebre, por su parte, lo donará la archidiócesis y el gobierno de Malta, quienes a lo largo del año pasado realizaron una competición especial entre artistas locales para decidir el diseño definitivo.
a exposición escenográfica reproduce el paisaje maltés, la arquitectura tradicional y la flora y fauna. Los 17 personajes representados portarán la indumentaria típica maltesa, e instrumentos musicales.
El pesebre también transmitirá un mensaje social y mostrará el trabajo realizado por la Orden de Malta con migrantes y excluidos con, por ejemplo, la representación de un “luzzu”, embarcación típica del archipiélago maltés que simboliza tanto la tradición de la vida pesquera de los malteses como el drama de la inmigración.