
Garantizar la vida, la integridad física y el proceso Justo de la población procesada y penada.
“Estuve en la cárcel y no viniste a verme”. (Mt.25,43)
La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana, la Oficina de Derechos Humanos de la Diócesis de Los Teques y la Vicaría de Derechos Humanos de la Arquidiócesis de Caracas Con motivo de la fiesta de nuestra Señora de las Mercedes, queremos enviar nuestro saludo afectuoso y nuestra bendición a los hermanos y hermanas que están en prisión. Igualmente a todas las familias de los privados de libertad.
Preocupados ante la realidad carcelaria que se vive en el país, queremos expresarle al pueblo venezolano y a las instituciones responsables de garantizar la vida y los derechos de los privados y privadas de libertad, nuestra preocupación por la situación que acontece en los recintos penitenciarios del país.
Terrible situación que nos interpela:
- Expresamos nuestro profundo dolor por los acontecimientos de violencia que día a día se viven en los centros penitenciarios del país, hechos que derivan en el trágico desenlace de numerosos muertos y heridos que consternan a muchas familias y toda nuestra sociedad. Realidad que se ve reflejada hoy en la terrible situación ocurrida en días pasados en las cárceles de Tocorón y Tocuyito.
- La violencia es el resultado de una serie de situaciones que año tras año hemos venido denunciado: inobservancias del debido proceso; el velar por la integridad física y psíquica de los internos evitando las torturas y los tratos crueles, el garantizar espacios y condiciones sanitarias en la infraestructuras carcelarias; el oportuno traslado a los tribunales de justicia; y el buen trato a los familiares, voluntarios penitenciarios en sus visitas reglamentarias; y el derecho a una alimentación balanceada.
- Por otra parte vemos con preocupación el surgimiento y fortalecimiento de internos privilegiados (pranes), que controlan desde la seguridad del régimen penitenciario e incluso se dedican a actividades delictivas organizadas desde sus centros penitenciarios.
EXHORTAMOS:
- La intervención efectiva del Estado Venezolano para mejorar las estructuras carcelarias y superar las condiciones inhumanas en las que viven los privados y privadas de libertad.
- A una revisión profunda del sistema penitenciario, cuya responsabilidad es del Estado, que permita la observación de Organismos de Derechos Humanos, de modo que se garanticen estos derechos y la pena tenga alcances de redención y reinserción social
- Que las autoridades venezolanas controlen seriamente los hechos criminales, sus ramificaciones, sus operaciones y complicidades ocurridas en los centros penitenciarios, a fin de determinar las responsabilidades a que haya lugar.
- Que se apliquen las Reglas Mínimas para el trato de reclusos de las Naciones Unidas
- La iniciación de un diálogo constructivo y armónico entre la sociedad y las autoridades que permita la búsqueda conjunta de soluciones viables y sostenibles en pro de los privados y privadas de libertad.
- Considerar justamente la situación de las personas privadas de libertad por motivos políticas, en la cual se evidencia pública y comunicacionalmente violaciones a sus derechos fundamentales de manera reiterada.
- Que el Estado tome acciones contundentes para erradicar estos hechos, de manera que restaure una justicia autentica, evitando convertirse en un actor indiferente y cómplices de esta realidad.
Invitamos a todos los fieles católicos y a hombre y mujeres de buena voluntad a dar testimonio de caridad operativa y a los creyentes orar intensamente a Dios Nuestro Señor por la solución de la crisis carcelaria.
Que Nuestra Señora de Las Mercedes, madre de misericordia interceda por todos los privados y privadas de libertad de nuestro País.
En Caracas a los 23 días del mes septiembre de 2015
+ Mons. Roberto Luckert León + Mons. Baltazar Porras
Presidente Oficina de Justicia y Paz Presidente Comisión de Pastoral Social
Presbítero Saúl Ron Braasch
Vicario Episcopal
Comisión de Justicia y Paz de la CEV.
