Hace 20 años respondiendo al llamado de la Iglesia Universal a la Nueva Evangelización y a la renovación de la Iglesia, según el Modelo propuesto por el Concilio Vaticano II, Sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos, miembros del Pueblo de Dios, del Cuerpo de Cristo, junto con su Obispo, animados por el Espíritu Santo, después de una revisión profunda, analizando la realidad social y eclesial, descubrieron que no se estaba atendiendo suficientemente como Iglesia a las aspiraciones más profundas de los Guayaneses; por esa misma razón, y con corazón de buenos pastores, se aventuraron a soñar una Iglesia en la que todos nos sintiéramos valorados, buscáramos el bien y la justicia, viviéramos en comunión fraterna y nos sintiéramos todos sujetos y protagonistas de la Nueva Evangelización, a fin de alcanzar, cada uno desde su condición, carisma y ministerio, la unidad-santidad de todos.
LEER ARTICULO COMPLETO AQUI