El milagro del obispo González, el nuevo santo español: la curación de una mujer con un linfoma agresivo

El Papa Francisco ha anunciado en el consistorio celebrado el lunes 20 de junio, que el próximo 16 de octubre serán canonizados en Roma seis nuevos beatos, entre ellos un español: Manuel González García, (1877-1940) obispo de Palencia y Málaga y fundador de la Congregación de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret y de la Unión Eucarística Reparadora de laicos. El segundo milagro que se le atribuye a su intercesión y por el que será elevado a los altares ha sido la sanación de una mujer gallega que padecía un linfoma agresivo.

Tras el rezo de la novena con una reliquia del sacerdote, la mujer se curó inexplicablemente. Desde el punto de vista médico, este acontecimiento se conoce como “monotípico”, es decir, un caso único. El primer milagro y por el que la Iglesia le proclamó beato también se debe a una curación.

Según ha declarado a Religión Confidencial la religiosa Mónica María, responsable de medios de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, las hermanas están viviendo un momento de gran alegría. “Nosotras siempre hemos estado convencidas de su santidad, pero ahora es la Iglesia la que lo reconoce, por lo que nuestra emoción es mayor”.

Desde que se ha hecho oficial la fecha de la canonización, el teléfono de la congregación está colapsado. “Manuel González era un hombre muy querido, y la gente quiere participar en este acontecimiento”. Las misioneras y laicos han comenzado a prepararse para la canonización desde el punto de vista espiritual y práctico, facilitando información en su página web y en las redes sociales, e indicando las formas de viajar a Roma. Aseguran que intentarán asistir casi todas las hermanas.

“Eucaristizar”, una palabra para la RAE

El carisma de estas hermanas no es otro que el que guió al obispo Manuel González en vida. “Nuestra misión es ‘eucaristizar’, una palabra que deberían admitir en la RAE. Trabajamos para que toda la gente se entere de que Dios nos ama y está muy cerca, tan cerca como los cinco centímetros que nos separan de la puerta de un sagrario. La preocupación de nuestro fundador era que la gente no se enteraba de que la solución a sus problemas era acudir al sagrario”, explica la hermana Mónica María a RC.

Además de “eucaristizar”, el obispo también llevó a cabo una labor social ingente, como acompañar a los mineros más pobres de Huelva, ayudar a seminaristas que vivían casi en la indigencia o socorrer a personas muy pobres durante la guerra.

Esta pequeña congregación –la componen únicamente 170 hermanas repartidas entre treinta casas de nueve países– lleva a cabo esta misión de formas muy distintas. “Trabajamos fundamentalmente en parroquias, pero no exclusivamente. En Venezuela, por ejemplo, organizamos campamentos y misiones. En otras casas ayudamos en los hospitales, organizamos encuentros… Pero incluso lo que hace la hermana portera contribuye a nuestro fin. Todo lo que realizamos, lo hacemos con caridad y amor para dar compañía a Jesús”.

Seis religiosas “junioras” en Madrid

La casa madre de esta Congregación se encuentra en Madrid, que es la que centraliza la labor de las nueve casas de todo el mundo. Residen 16 hermanas más seis “junioras”, religiosas que han profesado ya sus primeros votos y estudian Ciencias Religiosas en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso. No llevan hábito pero van de uniforme: Falda azul larga y camisa blanca.

Por otra parte, la Unión Eucarística Reparadora integra a todos los laicos que se sienten atraídos por esta institución a la que pertenece la RIE (Reparación infantil eucarística) y la JER (Juventud española reparadora). En Madrid están en la calle Tutor 15.

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