Es necesario llevar la misericordia, ni se trata de rebajar las exigencias o vender barato nuestras perlas
El papa Francisco ha dibujado el perfil del obispo que debe llevar la misericordia de Dios a sus fieles, El Santo Padre se ha dirigido a los presentes como aquellos que han sido “pescados” por el corazón de Dios para guiar a su pueblo santo. Así, les ha pedido que abandonen “la pretensión de la autosuficiencia” para encomendarse como niños a “Aquel que revela su Reino a los pequeños”. El Santo Padre les ha hablado del “escalofrío” que se siente al haber sido amados primero y por eso ha pedido que Dios les salve de haber tenido vano este “escalofrío”, de “domesticarlo” o vaciarlo de su poder “desestabilizante”.
Los Obispos, dijo el Papa tienen la misión de ofrecer pastoralmente la misericordia. Es una misión no tan fácil señaló el Papa, es importante hacerla accesible, tangible y presente en las iglesias particulares a ustedes confiada, de tal modo que sean casas donde esté presente la santidad, la verdad y el amor Y para hacer pastoral la misericordia, el Santo Padre ha dado tres consejos: “Ser obispos capaces de encantar y atraer”, “ser obispos capaces de iniciar a aquellos que os han sido encomendados”, “ser obispos capaces de acompañar”.
El mundo está cansado de encantadores mentirosos y de sacerdotes y obispos a la moda. La gente se aleja cuando reconoce a los narcisistas, manipuladores, defensores de las propias causas, anunciadores de cruzadas vanas. Más bien, ha pedido el Papa, “hay que satisfacer a Dios, que ya se presenta antes de vuestra llegada”. Asimismo, ha pedido a los presentes que no tengan otra forma de mirar a sus fieles que la de su “singularidad” y que hagan todo lo posible para “alcanzarlos” y “recuperarlos”.
Por otro lado, ha advertido de que hoy se pide demasiado fruto a los árboles que no ha sido suficientemente cultivados. “Se ha perdido el sentido de la iniciación”, Cuiden las “estructuras de iniciación de sus Iglesias, particularmente los seminarios”. Al respecto les ha exhortado a no dejarse tentar por los números y la cantidad de vocaciones, sino que busquen “la calidad del discipulado”.
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco invitó a los nuevos Obispos a acompañar a las familias, animándolas y acogiendo sobre todo a aquellas más heridas, guiándolas en el discernimiento y en la empatía. “No pasen sin ver sus fragilidades. Deténganse para dejar que su corazón de pastores sea atravesado de la visión de sus heridas; acérquense con delicadeza y sin miedo. Pongan ante sus ojos la alegría del amor auténtico y de la gracia con la cual Dios lo eleva a la participación del propio amor”.