El Papa Francisco señaló, durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este lunes 12 de marzo, que la fe no debe sustentarse únicamente en los milagros, sino que debe fundamentarse en el deseo de Dios.
El Santo Padre reflexionó sobre las palabras que Jesús dedica al funcionario que acudía a su encuentro en Galilea para pedirle que curara a su hijo enfermo: “Si no veis signos y prodigios, no creéis”. Francisco señaló que Jesús parecía perder la paciencia porque parecía que los prodigios eran la única cosa que contaba para el pueblo.
El Papa preguntó: “¿Dónde está vuestra fe? Veis un milagro, un prodigio y decís: ‘Tú tienes el poder, tú eres Dios’, sí, es un acto de fe, pero muy pequeño. Porque es evidente que este hombre tiene un poder fuerte. Si bien la fe comienza ahí, después debes ir adelante. ¿Dónde está tu deseo de Dios? Porque la fe es eso: tener el deseo de encontrar a Dios, de encontrarse con Él, de ser con Él, de ser felices con Él”.
Para explicar el gran milagro realizado por el Señor, el Pontífice recurrió a la primera lectura, del libro de Isaías: “He aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria; antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a crear”. De esta manera, “el Señor suscita nuestro deseo de experimentar la alegría de ser con Él”.
Señaló que “cuando el Señor pasa por nuestra vida y hace un milagro en cada uno de nosotros, y cada uno de nosotros sabe lo que el Señor ha hecho en su vida, ahí no termina todo: hay una invitación a seguir adelante, a continuar caminando, a buscar el rostro de Dios, a buscar esta alegría”.
El milagro sólo es el comienzo, por lo que el Papa invitó a no pararse, a seguir caminando. “Hay muchos cristianos parados, que no caminan; cristianos enterrados en las cosas de cada día, pero que no crecen, permanecen pequeños. Cristianos aparcados: se aparcan. Cristianos enjaulados que no saben volar con el sueño de esa hermosa realidad a la que el Señor nos llama”.