
Lucas 9,51-62: “Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron:«Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea. Mientras iban de camino, le dijo uno:«Te seguiré adondequiera que vayas».Jesús le respondió:«Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».A otro le dijo:«Sígueme».El respondió:«Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».Le contestó:«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».Otro le dijo:«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».Jesús le contestó:«Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
En este décimo tercer Domingo del tiempo ordinario la Iglesia Universal celebra la fiesta de los santos Protomártires Romanos. El martirologio jeronimiano es el primero en conmemorar el martirio de más de 900 personas en tiempos de Nerón con fecha 29 de junio, el mismo día de San Pedro y San Pablo.Mientras que se le atribuye a San Pío V la primera mención en el Martirologio Romano de estos protomártires con fecha 24 de junio. En la actualidad, la Iglesia los conmemora cada 30 de junio.
Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de Jesucristo según San Lucas, capítulo 9, versos del 51 al 62. En el que se narra el inicio del camino de JESÚS y sus discípuloshacia Jerusalén. Teniendo en cuenta que, el «camino» es expresión del carácter itinerante y misionero de JESÚS en el proceso de formación de sus discípulos. Por eso es que de entrada aparece en el texto un obstáculo, que a su vez sirve para dar una enseñanza. Ya que ante el rechazo de aquellos samaritanos lo primero que se les ocurre a los Apóstoles, es desear para sus agresores es que caiga sobre ellos todos los males, JESÚS les recrimina tal actitud y los invita a continuar la marcha en paz.
Luego se narran tres breves escena para resaltar el gran compromiso que conlleva el seguir a JESÚS. Hay quienes se ofrecen a seguirlo poniendo ciertas condiciones que el Maestro las desbarata, aclarando que la urgencia de predicar, de vivir y de testimoniar el Reino de Dios, tiene prioridad absoluta incluso sobre los lazos familiares bendecidos por la Ley.La primera persona, que mostró plena disponibilidad debe estar consciente de la pobreza y el desprendimiento que asumirá confiando plenamente su vida en las manos de Dios. El deseo que tenía el segundo, de «enterrar a su padre» se expresa de una manera simbólica, el apego a las antiguas tradiciones que sofocan la vida.La tercera, que manifestó su deseo de seguir a JESÚS, debe mirar hacia adelante y percibir las puertas que se abren para la comunión con la gran familia de los que hacen la voluntad del Padre, en el proyecto vivificante de Dios.
Otro es invitado y también antepone una cláusula que equivale a postergar el seguimiento. JESÚS, no oculta nada, no le dice que su vida está llena de confort y comodidad, sino que es como la de un perseguido y rechazado que carece de apoyo. Se identifica como “Hijo del Hombre”, título que incluye tanto la impotencia del momento como el poder que a su tiempo heredará. Se ha hecho clásica la frase del arado, ya que quien comienza a cultivar el campo de DIOS, no puede volverse atrás, ni imponer sus ritmos. Por eso es increpado severamente.
Contrastando con la habitual comprensión de JESÚS para con todo lo humano, aquí lo vemos en actitud muy exigente con ese que lo quiere seguir; porque no puede perder el tiempo en la formación de personas que no están dispuestas a sacrificarlo todo por el Evangelio. Y es que, si se nos presenta un llamado de JESÚS, debemos tener el discernimiento necesario para entender que esa es la voluntad de Dios con respecto a ti en ese momento preciso.
Al confrontarnos con el texto vemos que, decidir seguir al Señor no es cuestión de corazonada, sino de constancia, ya que como cristianos tenemos que despojarnos de todos los obstáculos que nosotros mismo interponemos para asumir tal compromiso. Y que, el seguimiento a JESÚS se hace en el abandono total en las manos de Dios, en la experiencia viva del AMOR, y actuando con total libertad, sin temer a las formas de opresión y a las barreras que se presenten.
Porque seguir a JESÚS para el cristiano significa madurar en libertad, dejar de ser esclavo de las normas y ser agente activo en la construcción de un mundo más justo, más humano y más libre.Ya que DIOS nos ha creado libres para tomar las decisiones que nos lleven a amar y respetar la vida en su integridad, la propia y la de los demás. Somos libres para defender la vida frente a todas las amenazas. Somos libres para vivir en solidaridad con toda la creación, y con nuestro ejemplo estimular a otros a hacer lo mismo.
Por eso hoy es el día para preguntarnos: ¿Estoy dispuesto, a asumir el compromiso del seguimiento de JESÚS, sin ver los obstáculos o los problemas que se me presenten? ¿Estoy dispuesto a apropiarme de los valores del Reino para seguir libremente a JESÚS? ¿Qué valores habría que cultivar en nuestra comunidad, para transformar nuestra convivencia social? ¿Cuáles son los apegos personales o económicos que me impiden asumir con total entereza mi seguimiento a JESÚS y hacer realidad su proyecto de vida aquí en la tierra?
Señor JESÚS, Tú tienes infinitas compresión y compasión con nuestros límites y con nuestras equivocaciones. Hoy queremos pedirte la fuerza necesaria para seguir adelante en nuestro seguimiento, y dar testimonio de Tú obra en estas situaciones bien difícil que nos ha correspondido vivir. Amén.
