EVANGELIO DEL DÍA JUEVES 9 DE MARZO DEL 2017

Mateo 7, 7-12: “En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. ¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O le daría una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan! Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los Profetas”.

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

La oración cristiana es la expresión de nuestra relación con Dios como el único absoluto. Es una relación que nace de la más profunda confianza en el amor y la misericordia de Dios el Padre como alguien que está establecido en el entorno humano familiar. Podemos comprobar el texto de Mateo, capítulo 7, versículos 7 a 12 Después de la declaración básica, Jesús continúa su diálogo con una comparación muy familiar: ¿Quién de vosotros dará una piedra a su hijo si le pide pan? O ¿le dará una serpiente, si le pide un pez?

Este mismo cuestionamiento Jesús llega a dos conclusiones: La primera muestra que primero debemos aprender a hacer buenas cosas a Dios, Pues si vosotros, siendo malos saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a que le piden? La segunda es una «regla de oro» que enseña eso. si queremos que otros nos hagan bien, también hay que hacerlo a ellos: «Todo lo que os queráis que los hombres hagan con vosotros, todos vosotros hacerlo así con ellos, ya que consisten en la Ley y los Profetas .

Una tercera alerta y es el esfuerzo que se necesita para conquistar el reino de los cielos: Entren por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la destrucción, y muchos entran por ella. Angosta es la puerta que lleva a la vida. Y pocos entran por ella.

Esta lectura también puede hacernos entender que podemos presentar nuestras necesidades y peticiones a Dios y saber que Él contestará nuestras oraciones con amplitud y generosidad, que nos da aún más de lo que pedimos. Pero nos da sólo lo que es bueno para nosotros. Por lo que nuestra oración debe ser confiada y perseverante. Pero no podemos pensar en un Dios que nos reúne como por arte de magia, la solución de nuestros problemas. En primer lugar debemos pedir al Padre que dar su Espíritu Santo para que nos enseña a pedir lo que será útil para nuestra salvación.

Que la Cuaresma nos enseñan a estar atentos a la voz de Dios para hacer lo que Él espera de nosotros Esta es la gran seguridad de que Cristo nos ofrece la parte del Padre Celestial: El que pide, recibe, el que busca encuentra. Al que golpea se le abrirá Dios nunca decepciona al que busca refugio. Oremos insensatamente para que la gracia de Dios esté siempre con nosotros. Y que este tiempo de Cuaresma nos enseñe a estar atentos a la voz de Dios para hacer lo que Él espera de nosotros. Amen.