EVANGELIO DEL DÍA LUNES 10 DE SEPTIEMBRE DEL 2018

 

Lucas 6, 6-11: “Un sábado Jesús había entrado en la sinagoga y enseñaba. Había allí un hombre que tenía paralizada la mano derecha. Los maestros de la Ley y los fariseos espiaban a Jesús para ver si hacía una curación en día sábado, y encontrar así motivo para acusarlo. Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y permaneció de pie. Entonces Jesús les dijo: «A ustedes les pregunto: ¿Qué permite hacer la Ley en día sábado: hacer el bien o hacer daño, salvar una vida o destruirla?» Paseando entonces su mirada sobre todos ellos, dijo al hombre: «Extiende tu mano.» Lo hizo, y su mano quedó sana. Pero ellos se llenaron de rabia y comenzaron a discutir entre sí qué podrían hacer contra Jesús”.

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

La Iglesia Universal celebra hoy entre otros santos la fiesta de San Nicolás de Tolentino,  fue miembro de la orden de los Agustinos Ermitaños, fundada un año antes de su nacimiento y a la que accedió en 1256, tras una infancia y juventud de fervor religioso. Fue ordenado sacerdote en 1269 en Cingoli, y pasó a dedicar su vida al apostolado desde Tolentino. Nació en San Angelo (Italia) en 1245, y partió a la Casa del Padre el 10 de septiembre de 1305,  fue enterrado en la iglesia de su convento en Tolentino. Es el patrono de las almas del purgatorio.

Por su parte la liturgia diaria nos invita a meditar el Evangelio de Jesucristo según San Lucas capítulo 6, verso 6 al 11. En el que se relata un conflicto de Jesús con la gente religiosa de su tiempo, a propósito del sábado. El texto dice que el lugar de los acontecimientos es en una sinagoga pero no especifica en cual, lo que le  da al relato un carácter general. También se resalta el sábado como el día del conflicto, y se inicia la acción con la actividad que realizaba JESÚS: “enseñar”, palabra que en el lenguaje de Lucas, significa proclamar la Salvación, tanto para los judíos como para los paganos, y por eso es que se discute sobre una de las normas del pueblo judío: “el descanso del Sábado”.

No olvidemos que la palabra sábado significa descanso. Dios había pedido que fuera santificado un día de la semana, no primordialmente para hacer asambleas religiosas, sino para que todos tuvieran descanso (Ex 20,10). Pues el Dios santo no quiere que un pueblo santo se haga esclavo de su subsistencia diaria o de su trabajo.

La ley del descanso, o del «Sabbat», es una de las leyes fundamentales de la Biblia, pero esto no obsta a que haya casos en que en vez de liberar oprime, y por tanto hay que dejarla de lado. JESÚS podía haber dicho al hombre: « ¿Por qué me pides que haga un trabajo prohibido en día sábado? Vuelve mañana, que te sanaré». Pero prefiere un enfrentamiento, porque el Evangelio significa una liberación, y el hombre llega a ser libre cuando reconoce que no hay ninguna cosa totalmente sagrada en una sociedad que pretende imponerle sus criterios.

Y es que mientras los hombres estemos sometidos a un orden, a unas leyes, a unas autoridades que son consideradas sagradas y que nadie piensa en criticar, esos hombres no son libres ni hijos verdaderos de Dios. Un respeto a Dios que apagara nuestro espíritu crítico no sería conforme al Evangelio; una religión que impidiera buscar la verdad y preguntar en todos los campos de la inquietud humana, no sería la verdadera. Estudiar la Biblia sin atreverse a conocer los aportes de la ciencia moderna, por miedo a que se derrumbe nuestra visión demasiado ingenua de la historia sagrada, es pecar contra el Espíritu.

Con su acción a favor del lisiado JESÚS, nos invita a ver un signo claramente mesiánico y profético, ya que restaurar la autonomía de la persona es darle una nueva oportunidad para que sea libre y se pueda valer por sí mismo. Por eso hoy es día para preguntarnos: ¿el estilo de vida que llevamos favorece la posibilidad de ayudar a otros a encontrarse con las Buenas Nuevas de JESÚS, que libera y salva, o por el contrario es un obstáculo para nuestra salvación y la de otros?

Señor JESÚS, con Tu ejemplo nos enseñas, que por encima de todas las leyes y más aun de todas nuestras normas y prejuicios, está el amor afectivo y efectivo a cada uno de nuestros semejantes, danos la sapiencia necesaria para poder entenderlo. Amen.