EVANGELIO DEL DÍA LUNES 12 DE MARZO DEL 2018

 

  Juan 4, 43-54:“En aquel tiempo,Jesús partió de Samaría para Galilea. Él había afirmado que un profeta no es reconocido en su propia tierra. Sin embargo los galileos lo recibieron muy bien al llegar, porque habían visto todo lo que Jesús había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues ellos también habían ido a la fiesta. Jesús volvió a Canaán de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real en Cafarnaúm que tenía un hijo enfermo. Al saber que Jesús había vuelto de Judea a Galilea, salió a su encuentro para pedirle que fuera a sanar a su hijo, que se estaba muriendo. Jesús le dio esta respuesta: «Si ustedes no ven señales y prodigios, no creen.»  El funcionario le dijo: «Señor, ten la bondad de venir antes de que muera mi hijo.» Jesús le contestó: «Puedes volver, tu hijo está vivo.» El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Al llegar a la bajada de los cerros, se topó con sus sirvientes que venían a decirle que su hijo estaba sano. Les preguntó a qué hora se había mejorado el niño, y le contestaron: «Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre.» El padre comprobó que a esa misma hora Jesús le había dicho: «Tu hijo está vivo.» Y creyó él y toda su familia.Esta es la segunda señal milagrosa que hizo Jesús. Acababa de volver de Judea a Galilea”.

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

La Iglesia Universal celebra hoy, entre otros Santos, la fiesta en honor al Beato Luigi Orione, quien fuera el fundador de Los Hijos de la Divina Providencia y de las Pequeñas Misiones de la Caridad. Su obra en favor de los niños desvalidos y con diversas enfermedades difícil de atender son un modelo de las obras de misericordia.

Por su parte la liturgia diaria nos invita a meditar el Evangelio según San Juan capítulo 4, versos del 43 al 54. En el que se narra la petición que un funcionario real le hace a JESÚS, para que vaya a curar a su hijo que está enfermo. JESÚS, acepta su petición, pero lo invita a ir más allá: «Si ustedes no ven señales y prodigios, no creen.» No es un rechazo al funcionario real, sino una invitación a no quedarse en la simple petición y entrar en el camino de la fe en el descubrimiento de la persona de JESÚS. Aquel oficial cuando constata la hora en que su hijo había sido curado, descubre en JESÚS, aquel que tiene poder para dar la vida. El funcionario y toda su familia llegan a creer y su gesto es una invitación a creer en Aquel que es la vida y da la vida: CRISTOJESÚS.

Y es que sin lugar a dudas en este pasaje del Evangelio de Juan, JESÚS se revela como el Señor de la vida, porque sanar al hijo del funcionario es devolverles la esperanza y la alegría a su familia y a sus vecinos. Ese muchacho enfermo representa al pueblo que ha perdido la esperanza por vivir, el funcionario real simboliza al resto de Israel que aún espera la llegada del MESÍAS, y centra en Él toda la confianza para la solución de su problema.

Si ustedes no ven prodigios, no creen. El reproche de Jesús se dirige, no al funcionario que luego demostrará tanta fe, sino a los judíos y a nosotros. Jesús hace milagros que lo confirman en su misión, pero al mismo tiempo recalca que deberíamos reconocerlo con sólo verlo y oírlo. Los que se aman, ¿exigen acaso milagros para confiarse el uno al otro? Los que se entusiasman con algún líder, ¿reclaman pruebas irrefutables? Si somos hijos de la verdad, debemos reconocerla cuando se nos presenta.

Frente a tantos signos de muerte que nos rodean: injusticias, robos, asesinatos, corrupción, etc. Hoy más que nunca necesitamos tener confianza en Dios y ser signos de esperanzas para nuestro pueblo, y así continuar la obra liberadora de nuestro Señor JESÚS.  Teniendo claro que para que el Anuncio del Evangelio sea aceptado debe de ir acompañado de signos que transformen la realidad de muerte en una sociedad humanizada de vida. Por eso hoy es el día para preguntarnos: ¿Qué signos de vida y esperanza desarrollo yo en mi familia y en mi comunidad, para hacer realidad el Evangelio de JESÚS?

Creemos en Ti Señor. Ábrenos los ojos y el corazón para descubrir Tu Presencia vivificante en toda circunstancia y en todo momento, sin andar obsesionados por manifestaciones espectaculares del poder de Dios. Amen