Juan 10, 1-10: “En aquel tiempo Jesús dijo a los fariseos: «En verdad les digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por algún otro lado, ése es un ladrón y un salteador. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El cuidador le abre y las ovejas escuchan su voz; llama por su nombre a cada una de sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas sus ovejas, empieza a caminar delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. A otro no lo seguirían, sino que huirían de él, porque no conocen la voz de los extraños.» Jesús usó esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Jesús, pues, tomó de nuevo la palabra: En verdad les digo que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, y las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que entre por mí estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento. El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta entre otros Santos, en honor a San Jorge. Mártir cristiano del siglo IV. Según las tradiciones más antiguas, Jorge era un príncipe de Capadocia que sirvió como oficial en el ejército del emperador romano Diocleciano. El único hecho de su vida atestiguado por fuentes fiables parece ser su martirio: hacia el año 303, su sepulcro en Lydda (Palestina) fue muy frecuentado desde tiempos antiguos. Patrón de Inglaterra, de Rusia, de Portugal y de Cataluña, y de diversas profesiones y oficios: agricultores, soldados, arqueros, prisioneros, herreros, gentes del circo, escultistas, montañeros, entre otros.
Por su parte la liturgia diaria nos invita a meditar el Evangelio de Jesucristo según San Juan capítulo 10, versos del 1 al 10. En el que se narra el discurso de JESÚS, en el que utilizando una pedagogía muy propia, se identifica como el Pastor y con la puerta del corral de las ovejas, oficio bien conocido por sus interlocutores.
El Antiguo Testamento anunciaba el día que Dios, el Pastor, vendría a reunir las ovejas dispersas de su pueblo, para que vivieran seguras en su tierra. Los judíos pensaban que el Pastor les devolvería su antigua prosperidad y serían una nación privilegiada en medio de las demás naciones. Al hablar de pastor, la Sagrada Escritura designaba, a veces a Dios mismo, único Rey de Israel; a veces pensaba en el rey-Mesías enviado por Dios
Jesús es el Pastor, y ha venido para cumplir lo anunciado; pero no lo hará en la forma esperada por los judíos. Ya que Jesús, lo dice claramente que su pueblo son los creen en sus obras y en su Palabra, o sea que va más allá de la nación judía. Es la Iglesia, que camina a lo largo de la historia y no identifica su destino con los bienes materiales y circunstanciales, como tampoco se encierra en sus propias instituciones, sino que fortalecida con la presencia del Espíritu Santo se abre hacia la transformación de la humanidad, de ser un mundo mezquino lleno de odios y de intereses personales, hacia un redil donde reine el amor y la solidaridad.
En los tiempos de JESÚS, y también en las primeras comunidades cristianas, existieron muchos creyentes que se decepcionaron al no encontrar en JESÚS, el mesianismo que esperaban. Por eso JESÚS advierte que: “los ladrones y asaltantes no utilizan la puerta, sino que entran violentando el corral de las ovejas”. JESÚS se constituye en la Puerta que salva a quien entre por ella. Es decir como aquel que da la vida, seguridad y salvación.
En nuestro tiempo muchos son los hermanos que no encuentran en la Iglesia soluciones a sus problemas económicos políticos o familiares y se decepcionan rápidamente de vivir el encuentro con JESÚS. También es posible que no encuentren en nosotros una puerta que los acoja. Por eso hoy es el día para preguntarnos: ¿Cuáles son los intereses que me mueven para formar una comunidad inspirada en el Evangelio de JESÚS? ¿Soy la puerta adecuada para que otros puedan entrar en la comunidad? ¿Soy un ladrón que violento la comunidad para lograr mis intereses mezquinos?
Señor JESÚS, ayúdanos a entender que Tus seguidores no somos una masa de gente que camina sin rumbo fijo, sino más bien, personas que valen cada una por sí misma y que Tu nos has invitado a vivir una aventura hecha de confianza y de amor mutuo, para transformar estas circunstancias difíciles en tiempos de solidaridad y de servicio. Amen.