Marco 1, 21-28: “En aquel tiempo, llegaron a Cafarnaúm, y Jesús empezó a enseñar en la sinagoga durante las asambleas del día sábado. Su manera de enseñar impresionaba mucho a la gente, porque hablaba como quien tiene autoridad, y no como los maestros de la Ley. Entró en aquella sinagoga un hombre que estaba en poder de un espíritu malo, y se puso a gritar: « ¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé que tú eres el Santo de Dios.» Jesús le hizo frente con autoridad: « ¡Cállate y sal de ese hombre!» El espíritu malo revolcó al hombre en el suelo y lanzó un grito tremendo, pero luego salió de él. El asombro de todos fue tan grande que se preguntaban unos a otros: « ¿Qué es esto? Una doctrina nueva, y ¡con qué autoridad! Miren cómo da órdenes a los espíritus malos ¡y le obedecen!» Así fue como la fama de Jesús se extendió por todo el territorio de Galilea”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
Ayer tuvimos la celebración del bautismo de Jesús por Juan Bautista. Con esta celebración comienza el tiempo ordinario de la liturgia. Durante los días de la semana, tendremos la lectura secuencial de los Evangelios, comenzando con el Evangelio de hoy, tomado de Marcos, capitulo 1 versículos 21-28, en el que se narra los episodios después del bautismo de Juan y la llamada de los primeros discípulos, Marcos presenta el acto inaugural del ministerio de Jesús con la expulsión del espíritu maligno de un hombre en la sinagoga.
El relato dice: que Jesús entrando un sábado en la sinagoga comienza a enseñar y un hombre con un espíritu impuro, comenzó a gritar: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? «Jesús lo reprendió:» Cállate y sal de
él «El espíritu impuro, sacudiendo al hombre con violencia, dio un fuerte grito y salió. Todos estaban atónitos de la nueva enseñanza de Jesús y su autoridad.
Marcos, en esta narración asocia al espíritu impuro a la sinagoga. El espíritu es el que está presente allí, identificado con la doctrina que alienante y excluyente de los escribas y fariseos. Lo que se destaca en la narración es la enseñanza nueva con autoridad. Esto significa que el espíritu impuro de la doctrina de la sinagoga, que discrimina y oprime al pueblo, se elimina mediante la enseñanza de Jesús. La palabra de Jesús es una fuente de luz que disipa la oscuridad de las ideologías alienantes del poder. Se trata de una nueva enseñanza que libera, genera esperanza y alegría a todas las personas.
Con su enseñanza y su práctica amorosa y misericordiosa, Jesús libera a las personas dominadas por las ideologías del poder, actualmente presente en los distintos sectores de nuestra sociedad. La novedad de Jesús es su propuesta de conversión de vida, abandonar una religión ritualista, legalista y estéril, para adherirse a la práctica el amor que transforma todas las relaciones humanas. Al salir de la sinagoga, Jesús va a la casa de Pedro. Es la sustitución de la sinagoga por la iglesia domestica ya que el punto de reunión son las casas de familia.
La novedad de Jesús no es la ostentación del poder, sino su Palabra liberadora acompañada de una práctica amorosa que toca y conquista los corazones. Pidámosle a Dios mucha fuerza para que contemplando a Jesús, encontremos el camino del amor pleno, en solidaridad con los pobres, formando comunidades fieles a la voluntad del Padre. Amen.