EVANGELIO DEL DIA MARTES 16 DE FEBRERO DEL 2016

 

Mateo 6, 7-15: “Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan. Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. Danos hoy el pan que nos corresponde; y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno. Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre celestial les perdonará a ustedes. Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará a ustedes”.

 

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo

 

Dios nos llama hijos, y Jesús al hacerse humano es nuestro Hermano y El Espíritu Santo nos instruye y nos enseña a llamar a Dios Padre, como lo hace, Jesús: “PADRE NUESTRO que estás en el Cielo…”.

Volvemos hoy casi al inicio del Evangelio de San Mateo. El texto está en el capítulo 6, los versículos del 7 al 15: “En sus oraciones no multipliquen las palabras, como los paganos…Ustedes oren así: PADRE NUESTRO, que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre…”.

El Padre celestial sabe muy bien quienes somos, y conoce nuestras necesidades. Dice Celso Pedro da Silva: “Con Él no necesitamos hablar mucho. Basta usar pocas palabras y esenciales: Santificado sea tu nombre… venga tu Reino…  hágase tu voluntad y no la mía…” (Comentario de la Biblia día a día).

Rezar el Padrenuestro debe ser una respuesta de Fe. Presupone que nuestra oración sea hecha con humildad y confianza. No podemos exigir nada de Dios, pero sabemos que Él nos atiende en nuestras necesidades. Tampoco necesitamos ofrecer nada a cambio, por eso es que la oración del Padrenuestro genera Alianza y compromiso.

El perdón es un tema recurrente en los Evangelios. Sin embargo, habiendo insistido en que debemos perdonar para que no quedemos en deuda con nadie, San Mateo incluye una conclusión: De hecho, si ustedes no perdonan a los otros, el Padre no les perdonará sus faltas.

La palabra “Padre” ilumina toda la oración del Señor. Esta palabra es la misma que brotaba de la infinita profundidad del corazón del Hijo. Ella debe manifestar ahora la nueva realidad y el nuevo corazón de los “hijos de Dios” que somos todos nosotros. Como hijos, buscamos al Padre y pedimos pan, perdón, y la liberación del maligno.

El “Padrenuestro” antes de ser una oración de petición debe ser una declaración de amor filial y confianza, una oración de alabanza y de acción de gracias por los favores que Dios cotidianamente nos concede. Un Padre no tiene ceremonia con su hijo y Dios nos llama para que nos acerquemos confiados al trono de su gracia.

Enseña el Catecismo de nuestra Santa Madre Iglesia: “Jesús no nos deja una fórmula que deba repetirse mecánicamente. Jesús nos da no solo las palabras de nuestra oración filial, sino también, al mismo tiempo, el Espíritu por lo cual ellas se vuelven en nosotros “espíritu y vida” (cf. CIC n. 2766).

En el Padrenuestro Jesús nos da las palabras que el Padre le dio. Jesús es nuestro Maestro de oración y modelo en la acción. Y es esa, la petición que hoy nos invita a hacer la Palabra, que El Espíritu Santo nos conceda la docilidad para pedir su intersección y para que mueva nuestra estructura ósea hacia el trabajo comunitario. Amen