EVANGELIO DEL DÍA MARTES 19 DE DICIEMBRE DEL 2017

      Lucas 1, 5-25: “Siendo Herodes rey de Judea, vivía allí un sacerdote llamado Zacarías. Pertenecía al grupo sacerdotal de Abías, y su esposa, llamada Isabel, era también descendiente de una familia de sacerdotes. Ambos eran personas muy cumplidoras a los ojos de Dios y se esmeraban en practicar todos los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, pues Isabel no podía tener familia, y los dos eran ya de edad avanzada. Mientras Zacarías y los otros sacerdotes de su grupo estaban oficiando ante el Señor, le tocó a él en suerte, según las costumbres de los sacerdotes, entrar en el Santuario del Señor para ofrecer el incienso. Cuando llegó la hora del incienso, toda la gente estaba orando afuera, en los patios. En esto se le apareció un ángel del Señor, de pie, al lado derecho del altar del incienso. Zacarías se turbó al verlo y el temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido escuchada. Tu esposa Isabel te dará un hijo y le pondrás por nombre Juan. Será para ti un gozo muy grande, y muchos más se alegrarán con su nacimiento, porque este hijo tuyo será un gran servidor del Señor. No beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre. Por medio de él muchos hijos de Israel volverán al Señor, su Dios. El mismo abrirá el camino al Señor con el espíritu y el poder del profeta Elías, reconciliará a padres e hijos y llevará a los rebeldes a la sabiduría de los buenos. De este modo preparará al Señor un pueblo bien dispuesto.» Zacarías dijo al ángel: « ¿Quién me lo puede asegurar? Yo ya soy viejo y mi esposa también.» El ángel contestó: «Yo soy Gabriel, el que tiene entrada al consejo de Dios, y he sido enviado para hablar contigo y comunicarte esta buena noticia. Mis palabras se cumplirán a su debido tiempo, pero tú, por no haber creído, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto ocurra.» El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaban de que se demorase tanto en el Santuario. Cuando finalmente salió, no podía hablarles, y comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. Intentaba comunicarse por señas, pues permanecía mudo. Al terminar el tiempo de su servicio, Zacarías regresó a su casa, y poco después su esposa Isabel quedó embarazada. Durante cinco meses permaneció retirada, pensando: «¡Qué no ha hecho por mí el Señor! Es ahora cuando quiso liberarme de mi vergüenza.»

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

El santoral del día nos presenta entre otros santos la fiesta en honor a San Darío. Entre los innumerables mártires que produjeron las persecuciones de os cristianos por parte de los emperadores romanos, está este santo está entre las víctimas que fueron martirizados al final del siglo IV, en Nicea de Bitinia.

Por su parte la liturgia diaria nos presenta al Evangelio de Lucas capítulo 1, versos 5 al 25. El texto relata el anuncio del nacimiento de Juan el Bautista, que es parte de los tres primeros relatos del Evangelio según San Lucas, donde hay dos escenas en paralelo el anuncio del nacimiento de Juan el Bautista (1, 5-25), y el anuncio del nacimiento de Jesús (1, 26-38), que se complementan con la tercera escena que reúne a las dos madres, Isabel la madre de Juan y María la madre de Jesús (1,39-56).

La escena del anuncio del nacimiento de Juan, está redactada en términos que nos remiten al libro del profeta Daniel (Dn 9,20-23; 10,12) y al profeta Malaquías (Mal 3,23-24). El nombre de este niño no será escogido por sus padres, sino que será impuesto desde el cielo, porque indica la misión que el mismo Dios le ha asignado. Juan significa: “El Señor hace misericordia”, él será el mensajero que anuncia la llegada del Mesías-

Isabel y Zacarías, los padres de Juan, son justos porque cumplen la Ley de Dios, sin embargo María los supera porque es la favorecida de Dios (Lc 1, 28-30), es decir tiene la gracia de Dios (Cfr. Flp 3,9). Zacarías pone en dudas que se pueda realizar lo que se le ha anunciado y por eso será castigado transitoriamente hasta el nacimiento de su hijo, donde experimentará grandiosamente la gracia de Dios al devolverle el habla.

Dios nunca abandona a las personas que son humilladas, por el motivo que sea, al contrario envía a sus ángeles, para anunciarnos que nuestros ruegos, lágrimas y noches de desvelos han sido escuchados. Porque nuestro Dios, no es un Dios lejano, ya que es un Dios que entra en la intimidad de cada uno, ve nuestras miserias y está a nuestro lado en cada momento de nuestra vidas, por más que nosotros lo ignoremos o lo neguemos. Pero para poder experimentar la presencia de los mensajeros de Dios, es necesario que vivamos de acuerdo a como lo hicieron Isabel y Zacarías, es decir cumpliendo con la Ley de Dios, amando y sirviendo sin medida a todos nuestros semejantes.

Gracias Señor por darnos cada día una enseñanza, que nos permite corregir nuestras desviaciones. Gracias por permitirnos conocer el testimonio de María, de Isabel y Zacarías, para poder cumplir con Tu mandato de amar hasta el extremo, aun aquellos que consideremos equivocados. Amen.