EVANGELIO DEL DÍA MARTES 25 DE ABRIL DEL 2016

 

Marco 16, 15-20: “En aquel tiempo se apareció Jesús a los once y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se niegue a creer se condenará. Estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; tomarán con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos, por su parte, salieron a predicar en todos los lugares. El Señor actuaba con ellos y confirmaba el mensaje con los milagros que lo acompañaban”.

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

Hoy celebramos la fiesta de San Marcos. Marcos escribió su evangelio, probablemente, a mediados de la década de los años sesenta de la era cristiana. Los evangelios de Mateo y Lucas fueron escritos cerca de diez a quince años después del de Marcos, luego el evangelio de Juan, en la última década del primer siglo.

Cuando Marcos escribe su evangelio, había surgido una tradición que colocaba la figura de Jesús resucitado, el Cristo, al culto de todos como un nuevo David, rey poderoso, en el cielo, a la derecha de Dios, por encima de todo principado, y poder, y potestad, como se puede leer en la carta a los Efesios. Se puede percibir que Marcos, en su evangelio, se empeña en rescatar la memoria histórica de Jesús de Nazaret, abandonada por la visión cristológica que se concentraba, con exclusividad, en el glorioso Cristo resucitado.

Es en la encarnación de su Hijo Jesús, que Dios se hace presente entre nosotros, nos comunica su amor y su vida divina. La revelación de Dios acontece con Jesús, humano y divino, en su vida con su familia, con sus discípulos, y en la convivencia amorosa con las poblaciones de Galilea y regiones vecinas.

La lectura de este evangelio de hoy está en Marcos, capítulo 16, versículos 15 al 20. Como no hay narraciones de apariciones del resucitado en Marcos, tardíamente le fueron agregados estos versículos. En el fueron sintetizadas y reunidas algunas de las apariciones del resucitado, extraídas de los demás evangelios.

Estos textos reflejan la tradición misionera en las comunidades, probablemente al final del primer siglo. Se nota el empeño por “anunciar la Buena Nueva en todas partes” y la confianza en la presencia de Jesús, con el ánimo que proporcionaba a los discípulos. Hoy, Jesús resucitado está presente en nuestras comunidades, comunicándonos su amor transformador que nos impulsa a la construcción de un mundo más justo y humano.

Contemplando a Jesús, siguiendo sus pasos, y así encontramos el camino de la vida eterna. Pidamos al Espíritu Santo que al profundizar el conocimiento de Jesús de Nazaret, confrontándolas con nuestras vidas personales y comunitarias encontremos el camino de la vida, en comunión con el Padre. Amen.