EVANGELIO DEL DÍA MIERCOLES 13 DE JUNIO DEL 2018

 

Mateo 5, 17-19: “En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para llevar a la forma perfecta. En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice. Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos”.

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

El santoral del día nos presenta entre otros santos la fiesta en honor a San Antonio de Padua  Es uno de los santos católicos más populares y su culto se encuentra extendido universalmente. Nació en Lisboa en 1191 y murió en Padua, el 13 de junio de 1231, fue un sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo portugués, venerado como santo y doctor de la Iglesia. Es patrón de los pobres, viajeros, albañiles, panaderos, papeleros y de las mujeres estériles.

Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de JESUCRISTO, según San Mateo capítulo 5, versos del 17 al 19, donde se destaca la explicación que JESÚS a sus oyentes para que escuchen sus Palabras, y en la que les anuncia su misión no para cambiar la Ley dada al pueblo a través de Moisés, sino para hacerla realidad con un testimonio de vida acorde con las exigencias del Evangelio. Así comienza la presentación de la nueva Ley.

JESÚS ha sido el judío más grande que ha vivido en este mundo. Como autentico judío enseña a sus contemporáneos a vivir de acuerdo a las enseñanzas del Antiguo Testamento, al que se refiere como la Ley y los Profetas, pero sus enseñanzas no fuero comprendidas, porque no veían en la Palabra de Dios un instrumento de salvación, sino de opresión y vez de sentirse alegres en el camino de Dios, se sentían atrapados en su Ley.

La Ley y los Profetas era una manera de referirse a toda la Biblia. Jesús no habla sólo de cumplir los mandamientos. Más bien es la religión del Antiguo Testamento la que ha de cumplirse. Pues era una etapa transitoria, aunque necesaria, en la historia de la salvación. Las profecías tenían que cumplirse; asimismo los ritos y sacrificios de dicha religión, que expresaban a su manera el misterio del pecado y de la misericordia, debían aclararse en la persona de Jesús.

JESÚS, deja bien en claro que no viene a hacer una nueva propuesta de relación con El Padre Celestial. Su novedad consiste en vivir radicalmente el amor de Dios que nos había sido predicado por los Profetas. Mediante su ejemplo Él nos sigue llamando a vivir su mensaje de Amor, porque quien vive su Evangelio cumple radical e íntegramente lo que la Sagrada Escritura nos enseña.

Importante es destacar que en el momento en que Jesús se dispone a enseñarnos una nueva manera de entender la Ley de Dios, nos pone en guardia contra la tentación de lo fácil. Muchas personas podrían aprovecharse de las palabras de Jesús y decir: «¡Menos mal! Ya no hay tanto que cumplir; la religión va a ser más fácil!»

Por eso Jesús precisa: El que no cumpla hasta lo más mínimo de la Ley no entrará al Reino. No entrarán los que siempre encuentran pretextos para disculpar su dejación: «Estos mandamientos no son muy importantes.» Hay otros, en cambio, que fueron cumplidores de la Ley hasta el día en que Jesús les mostró que lo más importante no era la Ley, sino su espíritu. Estos, al seguir a Cristo, no pensarán haber encontrado un camino más fácil, sino el llamado a una vida más perfecta.

Señor JESÚS Tu que no has venido a abolir la Ley y los Profetas sino a darle plenitud a su cumplimiento, enséñanos a vivir plenamente Tu Amor Misericordioso que brota de la fuente de Tu Palabra. Amen.