EVANGELIO DEL DÍA MIERCOLES 2 DE MARZO DEL 2016

 

Mateo 5, 17-19:”En aquel tiempo Jesús, dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para llevar a la forma perfecta. En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice. Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos”.

 

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo

 

En la lectura del evangelio de hoy continuamos con el Sermón de la Montana que encontramos en el capítulo 5, versículos del 17 al 19, en el evangelio de Mateo.

En este relato de Mateo tenemos la afirmación de Jesús de que no vino para abolir la Ley y los profetas, sino para darles pleno cumplimiento, e inmediatamente Jesús se refiere a las bienaventuranzas a penas proclamadas, afirmando que son los nuevos mandamientos y dice: “Aquellos que dejen de cumplir uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y se los enseñe así a los otros, será considerado el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio aquellos que los practican y enseñan con su testimonio, serán considerados grandes en el Reino de los Cielos”.

Mateo quiere orientar a sus comunidades de origen judío para que comprendan, que en Jesús, ellas pueden encontrar la plenitud y el cumplimiento de sus expectativas, fundadas en la Ley y en los profetas del Antiguo Testamento. La fe, en el Antiguo Testamento se manifestaba en la obediencia ciega a la Ley.

Con Jesús, la fe es el reconocimiento de su amor divino que libera y comunica vida eterna, y esta fe suscita la adhesión a su proyecto vivificante.

La relación entre la doctrina tradicional del judaísmo, por un lado, y la novedad de las bienaventuranzas de Jesús, por otro lado, será clarificada con la proclamación de las seis antítesis en contraposición y que vienen introducidas por: “Oyeron que se dijo… pero yo les digo…”.

Las bienaventuranzas proclamadas por Jesús son propuestas a todos los pueblos, sin discriminaciones religiosas o raciales, siendo acogidas con la fe en Jesús, tanto entre gentiles como entre los judíos.

Estas bienaventuranzas son los nuevos mandamientos que sustituyen a los antiguos y son leves de llevar y además Jesús, con su amor, vino a comunicar la vida plena a todos. El encuentro con la vida entusiasma e impulsa a los discípulos a la misión, clamando por justicia y comunicando al mundo su experiencia de amor.

Jesús atrae a todos, no por la imposición de la Ley, sino por la práctica del amor misericordioso que acoge a todos en la paz y la comunión con el Padre.El mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma nos motiva a vivir las obras de misericordia corporales y espirituales, pidamos a Dios poder vivirlas con alegría y amor. Amén.