EVANGELIO DEL DÍA VIERNES 11 DE MARZO DEL 2016

 

JUAN 7, 1-2.10.25-30:”En aquel tiempo Jesús iba de un lugar a otro por Galilea; no quería estar en Judea porque los judíos deseaban matarle. Se acercaba la fiesta de los judíos llamada de Tiendas. Solamente después que sus hermanos fueron a la fiesta subió él también, pero sin decirlo y como en secreto. Algunos habitantes de Jerusalén decían: «Pero, ¿no es éste al que quieren matar? Ahí lo tienen hablando con toda libertad y no le dicen nada. ¿Será tal vez que nuestros dirigentes han reconocido que él es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene.» Entonces Jesús dijo en voz muy alta mientras enseñaba en el Templo: «Ustedes dicen que me conocen. Ustedes saben de dónde vengo. Sepan que yo no he venido por mi propia cuenta: quien me envía es el Verdadero, y ustedes no lo conocen. Él es el que me ha enviado, y yo lo conozco porque vengo de él.» Los judíos hubieran querido llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima porque todavía no había llegado su hora”.

 

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 

En el evangelio de hoy, de Juan, en la primera parte del capítulo 7, nos narra que “Jesús recorría Galilea, y no quería pasar por Judea porque los judíos querían matarlo”. Para aquellos que esperaban de Jesús alguna manifestación de poder, Jesús les responde: “El mundo no los odia a ustedes, sino a mí, porque yo doy testimonio de que sus obras son malas”.

Al acercarse la fiesta de los judíos, llamada “de las Tiendas”, Jesús se dirige a Jerusalén, pero no públicamente. Sin embargo, va a enseñar en el Templo, y al reconocerlo dicen: “¿No es éste el que buscan para matarlo?”. Entonces Jesús reafirma su origen divino: “… Yo no vine por mi voluntad, pero el que me envió es verdadero y ustedes no lo conocen. Yo, sí que lo conozco, porque de él procedo, y fue Él quien me envió”.

Juan presenta tensos momentos de revelación y destaca el conflicto de Jesús con el sistema religioso de Israel a partir de sus principales fiestas. Juan en su evangelio, narra cinco viajes de Jesús a Jerusalén, en ocasión de las fiestas religiosas, y en todas se dan conflictos con los judíos. En general, Juan menciona las fiestas del Templo como “fiestas de los judíos”, insinuando que no es una fiesta de Jesús.

Este es el tercer viaje de Jesús a Jerusalén. Es la fiesta de las Tiendas, la más popular de los judíos y conmemora el fin de la recolección de las cosechas. Para ellos esta fiesta tiene un carácter mesiánico, en la expectativa del mesías, un nuevo David, que sería el rey de Israel, dominando sobre todo el mundo, destruyendo a todos aquellos que consideraban sus enemigos.

Jesús descartaba toda ambición de poder y se identificaba como el Hijo de Dios entre los pequeños y no como aliado de los poderosos. Esto irritaba a los jefes religiosos de Israel, que consideraban a Jesús una amenaza a su poder y buscaban una oportunidad para matarlo.

Jesús, con su simple condición humana, hijo de María y José, de Nazaret de Galilea, región marginal de Israel, es el enviado del Padre para acabar con todo sistema opresor y solidarizarse con los pobres y oprimidos, comunicando a todos la vida eterna.

En Jesús tenemos la revelación de Dios, fuente de la vida plena, que, con su amor, está presente entre nosotros, en comunión con todos, dando sentido a la vida, trayendo alegría y esperanza.Que el espíritu de Jesús nos ilumine en esta cuaresma moviéndonos a la solidaridad con los más necesitados y marginados de la comunidad. Amen.