Juan 14, 1-6: “En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No se turben; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de ir y prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Para ir a donde yo voy, ustedes ya conocen el camino.» Entonces Tomás le dijo: «Señor, nosotros no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?» Jesús contestó: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
Hoy viernes 12 de mayo la Iglesia celebra la fiesta de los santos Nereo y Aquileo, mártires del año 304 y en la que nos propones meditar al Evangelio de Juan capítulo 14, versos 1-6, en el que el evangelista nos coloca ante el destino definitivo de los hombres: la vida en Dios. La inminente partida de Jesús ha turbado el corazón de los discípulos, Jesús los invita simplemente a “creer”, que en este contexto, se traduce como confiar. Lo contrario a la fe no es tanto la incredulidad, sino el miedo.
Jesús nos promete preparar a cada uno un lugar en la casa del Padre. Por eso Jesús nos pide que confiemos en Él, como la roca firme que es. Jesús se ha ido físicamente, pero permanece espiritualmente a nuestro lado y volverá glorioso para hacernos partícipes del banquete de la vida eterna. Para ello es necesario recorrer el camino de la fe en Jesús, pues el mismo es el camino que conduce al Padre, precisamente porque es la verdad y la vida.
Jesús es un camino de esperanza activo siempre nuevo, sin Él nos quedamos sin verdad y sin vida. Pidámosle a Dios Trino y uno nos llene de la vida nueva en el amor y en la unidad y que en medio de esta difícil situación que estamos confrontando seamos iluminados por estas Palabras aleccionadoras: “no se turbe el corazón de ustedes” y digamos como Santa Teresa: “nada te turbe. Nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta”. Amen.