EVANGELIO DEL DÍA VIERNES 15 DE DICIEMBRE DEL 2017

 

Mateo 11, 16-19: “En aquel tiempo Jesús dijo: ¿Con quién puedo comparar a la gente de hoy? Son como niños sentados en la plaza, que se quejan unos de otros: Les tocamos la flauta y ustedes no han bailado; les cantamos canciones tristes y no han querido llorar. Porque vino Juan, que no comía ni bebía, y dijeron: Está endemoniado. Luego vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: Es un comilón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores. Con todo, se comprobará que la Sabiduría de Dios no se equivoca en sus obras.»

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

El santoral del día nos presenta entre otros santos la fiesta en honor a Santa María de la Rosa, religiosa, enfermera y fundadora de la Comunidad de las Siervas de la Caridad, aprobada oficialmente por el papa Pío IX.  Nació en Brescia, Italia en 1813  y murió en Brescia, el 15 de diciembre de 1855.

Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio según San Mateo, capítulo 11, versos 16 al 19. En el que se relata unas Palabra de Jesús, que más que un discurso es una reflexión sobre lo difícil que se le ha puesto la misión encomendada por El Padre, ya que se dirige a un conglomerado de personas que a pesar de que están viviendo un momento de postración y Él los invita a unirse a su comunidad para que aprendan una forma de salir de esa situación, no lo hacen y prefieren seguir sufriendo o haciéndose los “locos” para que todo siga igual, porque les envió a Juan el Bautista con un modelo de vida austero y no le pararon, luego Él mismo se hace presente con las propias realidades de cada uno y tampoco le hicieron caso.

¿Con quién puedo comparar a la gente de hoy? Jesús aprovecha esta pregunta para dar una respuestas con una evaluación práctica, es decir con ejemplo del comportamiento humano, en sus etapas del desarrollo cronológico tanto de la etapa del inicial, como  de la madurez. Y es tan práctica la respuesta, que nos lleva evaluar las actitudes de los niños en un parque todos corren a montarse en el tobogán, en la rueda, el sube y baja y no los satisface ninguno y si van a un parque mecánico quieren usar todas las áreas todos los artefactos y al final sucede lo mismo. Y en cambio los niños que no tienen estas oportunidades, pasan horas y horas jugando con unos palitos o con tierra y pareciera que son más felices.

Y si evaluamos la actitud de una mujer o de un hombre en su etapa adulta, vemos que sucede igual, nos vamos trazando metas que al cumplirlas ya nos parecen banales cada uno de sus logros y si no podemos cumplirlas entonces nos deprimimos u optamos por el derrotismo al dejarnos vencer por las adversidades.

“Con todo, se comprobará que la Sabiduría de Dios no se equivoca en sus obras”, expresión que podemos esclarecerla con la recomendación que nos hace Dios a través del Apóstol San Pablo en la carta a los Romanos:” lloren con los que lloren y gocen con los que gozan”, porque sin lugar a dudas que Dios nos ha regalado la vida y con ella cada etapa para que la vivamos a plenitud.

Y vivirlo a plenitud significa que hay que hacerlo con la responsabilidad que el caso amerita. Ya que muchas veces queremos achacarles a otros o al propio Dios por los males que padecemos, pero cuando logramos u éxito, ni Dios, ni otros han sido parte de ellos, sino la propia fuerza individualista de cada uno.

Una muestra patética de eso es la situación que vivimos los venezolanos, todos estamos claros del caos social, económico, político y moral por la que estamos atravesando pero hacemos poco para arreglarlo, porque queremos que sean otros que vengan a solucionarlo. Los políticos no hacen nada porque mientras tengan su “cambur asegurado” poco les importa los demás, los militares saben que ellos tienen la mayor responsabilidad pero tienen miedo de enfrentarse a los que manejan los hilos del poder, los empresario saben que la espiral inflacionaria ya nos comió pero en vez de ayudar a frenar la voracidad del mercado, sacan partidos para aumentar sus ganancias, los religiosos por temor a ser satanizados optan por quedarse en sus templos predicando, pero pocos son los que salen a la calle a convencer a los demás de lo equivocado de sus pareceres. Y los del pueblo optamos entre sacarnos “el carnet de la patria”, para recibir las migajas del gobierno o sacrificar todo para irnos a otro país, esperando que vengan “la comunidad internacional” a arreglar esto, si pensar que cada país también tiene sus propios problemas, algunos mayores que los nuestros, y que mientras no se deje a un lado la indiferencia y el egoísmo, no vamos a poder vencer esos males.

Señor JESÚS, ayúdanos a  formar una comunidad en la que a todos nos importe la situación de los otros, que a los creen que todo está perdido le llevemos Tu mensaje de aliento para que sepa el valor de su dignidad y lo necesario de su participación en la solución de su problema personal y el de la comunidad.  Amen.