LUCAS 21, 29-33: “En aquel tiempo Jesús propuso a sus discípulos, esta comparación: «Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando echan los primeros brotes, ustedes saben que el verano ya está cerca. Así también, apenas vean ustedes que suceden las cosas que les dije, sepan que el Reino de Dios está cerca. Yo les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo eso suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo
El texto de hoy nos indica que estamos llegando al fin del discurso escatológico de Jesús. El ejemplo de la higuera debe ser para nosotros un mensaje de esperanza y de liberación. Después de la encarnación del Verbo de Dios, el mundo y sus cosas caminan hacia una verdadera primavera. Sobre las ruinas de este mundo, que se desmorona, Dios va a construir un mundo nuevo, o sea su Reino.
El cristiano es alguien atento a los acontecimientos. Por eso, para el verdadero seguidor de Jesucristo, los hechos de la historia deben ser ocasión de discernimiento y de elecciones por la Palabra y voluntad del Padre Celeste. Como peregrinos en este mundo, debemos caminar con los ojos fijos en el Reino de los Cielos porque Este si es eterno!
Creemos firmemente que Dios es el Señor del mundo y de la historia, aun cuando no conocemos sus caminos. Sin embargo, al final, cuando veamos a Dios cara a cara, tendremos pleno conocimiento de los caminos por los cuales, por entre dramas del mal y del pecado, Dios habrá conducido a su creación hasta el descanso definitivo en el cielo.
Una vez más la parábola de Jesús nos exhorta a la confianza que no pasa y sustenta nuestra esperanza, a saber, La Palabra de Jesús. Necesitamos mantener nuestra mirada fija en El, en Jesucristo, porque sólo de Él nos puede venir el auxilio y la protección!La seguridad de las Palabras que no pasan, exige de nosotros prontitud, vigilancia y oración!