EVANGELIO DEL DÍA VIERNES 9 DE MARZO DEL 2018

Marcos 12, 28-34: “En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: « ¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Jesús le contestó: «El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es un único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. Y después viene este otro: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento más importante que éstos.»
El maestro de la Ley le contestó: «Has hablado muy bien, Maestro; tienes razón cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todas las víctimas y sacrificios.» Jesús vio que ésta era respuesta sabia y le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y después de esto, nadie más se atrevió a hacerle nuevas preguntas”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
El santoral del día nos presenta entre otros santos la fiesta en honor a San Domingo Savio, este joven angelical nació cerca de Turín, Italia. Gran alumno de San Juan Bosco. En 1849, en el día de su Primera Comunión, prometió: 1) Tener como grandes amigos a Jesús y María; 2) Antes morir que pecar, frase que ha pasado a la historia, con referencia de su memoria. Murió el 9 de marzo 1856 en Mondonio, Italia Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de Jesucristo según San Marcos, capítulo 12, versos del 28 al 34 En el que se relata el encuentro de JESÚS, con un maestro de la Ley, en la que este último le  pregunta a JESÚS, sobre el mandamiento más importante de la Ley de Dios y ante la respuesta queda muy complacido, ampliando el horizonte de la misma. Los adversarios de JESÚS, le tienden diversas trampas, esta vez se presenta uno que confía en el buen juicio del Maestro, presentándole una cuestión muy debatida: ¿Qué es lo más importante para Dios, en nuestra relación con ÉL?

JESÚS, responde directamente, casi recitando una lección de Catecismo, con sencillez, proclama el primer mandamiento, no solamente haciéndolo suyo sino que va más allá de la pregunta planteada, agregando al primer mandamiento, el segundo pues ambos son semejantes ya que se mueven hacia una misma dirección: el amor-fidelidad a Dios, es inseparable del amor-fidelidad al prójimo.
El amor es el fundamento de la Ley Antigua, la pregunta del maestro de la Ley por el mandamiento más importante da pie para que JESÚS pueda confirmar este principio fundamental de la Ley. Nadie puede sustituir el Amor de Dios, ni el amor a Dios, porque el amor a Dios trae consecuencias directas para las relaciones entre las personas, por eso es que el amor al prójimo guarda una estrecha
relación con el amor a Dios.
Pero para poder amar a otros y en consecuencia amar a Dios, primero tenemos que amarnos nosotros mismo, lo que implica valorarse a sí mismo y mantener dignamente la personalidad y los dones que hemos recibidos de nuestro Creador.

Lamentablemente a diario actuamos contrariamente a este designio Divino, ya que nos entregamos con mucha pasión a los deportes, al internet, el dólar “tudei”, “los animalitos”, son ídolos que nos engañan y nos sacan de nuestra realidad, es decir muchos diosecillos que desplazan al Dios verdadero.
La droga, el alcohol, la prostitución, la promiscuidad, las guerras, la violencia intrafamiliar, etc. Nos demuestra que el amor como principio de humanización, es el permanente ausente de nuestro mundo. Por otra parte ¿Cuánto nos cuesta reconocer en el rostro de las demás personas el mismo Rostro de Dios?
Señor JESÚS, yo también te pregunto con el corazón al máximo de pulsaciones, que es lo que debe caracterizar mi actitud contigo y con Tus hermanos que me has dado por míos. Amen.