La fe no es un super poder que sirve para resolver los problemas de la vida. “Dios cambia el mundo cambiando nuestros corazones, y esto no puede hacerlo sin nosotros”, Cuando Dios encuentra un corazón abierto y confiado –allí puede hacer sus maravillas. “tener fe, una fe viva, no es fácil”. Por eso, “auméntanos la fe” es una hermosa súplica, “una oración que también nosotros podríamos dirigir a Dios cada día”. La fe, que es un don de Dios y hay que pedirla siempre, “también requiere que nosotros la cultivemos”. Una fe concebida para satisfacer nuestras necesidades sería una fe egoísta, totalmente centrada en nosotros mismos. La fe, , es un hilo de oro que nos une al Señor. “Es un don que vale la vida entera, pero que fructifica si nosotros ponemos nuestra parte”. Fe y servicio no se pueden separar, es más, están estrechamente unidas, enlazadas entre ellas”. El servicio no es solo “ser fieles a nuestros deberes o en hacer alguna obra buena”. Jesús nos pide “una disponibilidad total, una vida completamente entregada, sin cálculos y sin ganancias “no estamos llamados a servir sólo para tener una recompensa, sino para imitar a Dios, que se hizo siervo por amor nuestro”. No estamos llamados a servir de vez en cuando, sino a vivir sirviendo.
El servicio es un estilo de vida, más aún, resume en sí todo el estilo de vida cristiana: servir a Dios en la adoración y la oración; estar abiertos y disponibles; amar concretamente al prójimo; trabajar con entusiasmo por el bien común
Permanezcan siempre unidos, “viviendo humildemente en caridad y alegría; el Señor, que crea la armonía en la diferencia, os custodiará”.
PAPA FRANCISCO