Donald Trump se ha convertido este 8 de noviembre en el 45º presidente de los Estados Unidos, tras derrotar a Hillary Clinton con una clara victoria en votos electorales aunque quedando 0,2 puntos por debajo en voto popular.
Además los republicanos han conservado su mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, y han ganado la mayor parte de las elecciones a gobernadores que se celebraban también este martes.
La víspera de las elecciones, la cadena católica EWTN difundió un vídeo del aspirante republicano a la Casa Blanca con un mensaje de un minuto a los católicos, en el que recuerda la hostilidad de la Administración Obama hacia la Iglesia, que promete revertir.
«Los católicos son una parte importante de la historia de Estados Unidos. Estados Unidos se ha fortalecido con católicos que trabajan duro. Desde Nueva York a California,la historia católica es realmente extraordinaria y grandiosa. Desde custodiar los derechos civiles a educar a millones de niños, sirviendo a los pobres y ayudando a definir el movimiento provida, sacerdotes y laicos católicos en todo el país han hecho innumerables contribuciones al éxito de Estados Unidos y a la historia de éxito de Estados Unidos. Los políticos de Washington han sido hostiles a la Iglesia, han sido hostiles a los católicos, han sido hostiles a los miembros del catolicismo. Mi gobierno estará al lado de los católicos estadounidenses para promover los valores que todos compartimos como cristianos y estadounidenses. Que Dios os bendiga y Dios bendita a los Estados Unidos de América. Haremos que Estados Unidos sea grande de nuevo».
Una carta con idénticos compromisos
Un mes antes de este vídeo, el 5 de octubre, Trump escribió una carta a Gail Buckley, presidente de la Catholic Leadership Conference [Conferencia de Liderazgo Católico], excusando su asistencia al evento, pero dejando muy claros algunos puntos que deberá ahora llevar a término en su gobierno.
En la misiva, Trump elogia al arzobispo de Denver, Samuel Aquila, y a su predecesor, ahora arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, dos de los prelados más destacados del catolicismo militante en el país.
«Tengo un mensaje para los católicos», afirma Trump en la carta, tras recordar, en línea similar al vídeo, la labor social de la Iglesia en todos los ámbitos: «Estaré ahí para vosotros. Estaré junto a vosotros. Lucharé por vosotros«.
También hace referencia al mandato abortista de la Administración Obama, que llevó a los tribunales a las Hermanitas de los Pobres por negarse a pagar a sus empleados seguros médicos que incluyan métodos abortivos y anticonceptivos: «Nunca veréis esa hostilidad a la libertad religiosa en la Administración Trump«, sentencia.
Y luego hace compromisos muy firmes: «Soy y seré provida. Defenderé vuestra libertad religiosa y el derecho a practicar vuestra religión plena y libremente, como individuos y como propietarios de negocios e instituciones académicas. Me aseguraré de que órdenes religiosas como las Hermanitas de los Pobres no son acosadas por el gobierno federal a causa de sus creencias religiosas. Protegeré y trabajaré por la libertad de enseñanza y los derechos de las familias al homeschooling [enseñanza en el propio hogar] y pondré fin al Common Core [programa de materias comunes utilizado en parte para el adoctrinamiento ideológico de los niños]».
Por último, se compromete a nombrar «jueces para el Tribunal Supremo que interpreten estrictamente la Constitución en vez de legislar desde el estrado, jueces como Clarence Thomas y el difunto y querido gran pensador y jurista católicoAntonin Scalia«.