Mariano Parra Sandoval es, ahora, una dualidad. Dice sentirse entristecido “porque no quería dejar esta ciudad”. Pero, por otra parte, agradece estanueva misión que le encomendó el mismísimo papa Francisco: dirigir la diócesis más antigua de Venezuela y de Sudamérica, la de Coro. Hasta enero, entonces, será obispo de Ciudad Guayana.
– ¿A qué se debe este nombramiento?
– Es algo normal. Roberto Lückert León, arzobispo de Coro, ya había presentado su renuncia. Los obispos debemos presentar la renuncia a los 75 años y él ya los había cumplido. Más bien, el Papa lo dejó dos años más y le tocaba salir de la Diócesis. Fue un cambio normal.
– Ha sido mucho lo vivido acá, en Ciudad Guayana: desde compartir con la gente hasta un atraco.
– Lo que me une a mí con esta Diócesis es muy grande, un amor bajo un afecto muy grande. Esta Diócesis me ayudó mucho porque la gente es muy cercana. No me puedo quejar.
En balance
– ¿Qué culminó y que le faltó?
– Mira, yo creo que muchas cosas se dieron adelante en mi gestión. Procuré continuar la obra de monseñor Ubaldo Santana (obispo entre 1991 y 2000) y hemos logrado motivar esta obra. Como, por ejemplo, la creación de varias parroquias: en Upata, en Puerto Ordaz, en San Félix. Creo que, en total, se crearon unas ocho parroquias nuevas. Luego, lo que me hubiese gustado terminar es la capilla diaria de la catedral. No creo que alcance a verla inaugurada.
– ¿Ya se manejan nombres para sustituirlo?
– Eso no se sabe. Apenas mañana comienza la consulta a todos los obispos de Venezuela. Luego se consulta acá con algunos sacerdotes de la Diócesis. Después se hace la terna, que va a Roma, y el Papa escoge. La idea es que en abril o mayo haya nuevo obispo de Ciudad Guayana.
Y sobre aquello
– ¿Algún pecado?
– Bueno, siempre uno comete errores. Lo importante es que creo que traté siempre de enmendarlos. Pero como humano, los cometí.
– Duró quince años en el cargo. ¿Fue mucho?
– No, no, no. Ojalá me hubiese quedado aquí toda la vida.
– ¿Algún mensaje para el señor que tiene 12 años en la Gobernación de Bolívar y que se cree obispo?
– ¡Jajajajaja! ¡No me hagas reír! Bueno, mira, el mismo mensaje para todos. Recordarles a las autoridades civiles que están al servicio de un pueblo, que se deben a ese pueblo y que deben estar atentos al signo de los tiempos. Deben dejar de lado sus intereses personales, políticos y grupales y velar por los intereses de la gente.
– Estamos en la undécima ciudad más violenta del mundo. ¿Su mensaje tanto para las víctimas como para los victimarios?
– A ambas partes les pido que comprendan que la violencia no construye, sino que destruye. Mientras más violencia, mayor destrucción. Hagamos el esfuerzo para vivir en paz. Mientras no exista una familia bien constituida, no hay sociedad. La escuela también tiene la obligación de enseñar a vivir en convivencia y paz.
– Esta designación ocurre cuando la Iglesia interviene para que gobierno y oposición dialoguen…
– Todos los obispos le hemos dicho al pueblo venezolano que debemos buscar cosa que nos unan. Para nosotros es importante que el pueblo comprenda eso y que las autoridades comprendan eso. Hemos dicho que es importante que para salir de esta crisis que se dé el revocatorio. No se le puede poner obstáculos a algo que es constitucional y que es, además, la salida más expedita que tenemos. Invito a que pensemos en eso. Trataré de comunicarles a mis feligreses que se haga un esfuerzo por resolver las cosas, porque los más afectados son los pobres, los que pagan las consecuencias.