En el transcurso de la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro, en Roma, el Papa Francisco hizo referencia a la celebración de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, Catedral de Roma.
Por ese motivo, pidió a los jóvenes que oren por su ministerio petrino: “Orad por el sucesor del apóstol Pedro, queridos jóvenes, con el objetivo de que sea capaz de confirmar siempre a los hermanos en la fe”.
A los enfermos les reconfortó con palabras de consuelo: “Sentid la cercanía del Papa en la oración, queridos enfermos, para hacer frente a la prueba de vuestra enfermedad”.
Por último, animó a los esposos a transmitir la fe a sus hijos: “Enseñad con sencillez la fe a vuestros hijos, queridos esposos, nutriéndola con el amor a laIglesia y a su pastor”.
San Juan de Letrán es la primer iglesia construida en Roma y, por lo tanto, de la cristiandad. Sus orígenes se remontan al siglo IV, cuando el emperador Constantino promulgó el Edicto de Milán, que otorgó libertad de culto a los cristianos en el Imperio Romano.
El templo actual, construido en unos terrenos donados por el emperador, conserva la planta y numerosos elementos decorativos paleocristianos, aunque su aspecto actual tanto exterior como interior es principalmente barroco, tras la reforma emprendida por Francesco Borromini en el siglo XVII.
Esta importante basílica romana, una de las cuatro Basílicas Mayores junto con San Pedro del Vaticano, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor, posee otro elemento que la conecta directamente con la herencia de la Roma Antigua: sus puertas de bronce procedentes del edificio de la Curia Julia, donde se reunía el Senado imperial.