
La iglesia Nuestra Señora de la Salud abrió sus puertas este domingo entre cantos, oraciones, comida y feligreses dispuestos a colaborar con el crecimiento de la fe católica en la manzana 36 de Paratepuy, en la parroquia Unare, y sectores adyacentes.
Lo que inició hace 14 años como una capilla de dimensiones reducidas, fue creciendo gracias a la fe y el trabajo de varias comunidades unidas. Se trata de la primera y única iglesia en el sector, elevada este domingo a parroquia eclesial, que también abre sus puertas para los vecinos de Villa Ikabarú, Sierra Parima y Villas del Sur.
A las 7:00 de la mañana de este domingo se ofició una misa para celebrar la apertura de este nuevo templo, ubicado en Paratepuy, justo atrás de los apartamentos de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), a la que asistieron ciudadanos de las comunidades cercanas que han participado en la edificación de la iglesia.
El padre Cristian González consumó la misa para los feligreses y explicó la importancia de la existencia de la iglesia en estas comunidades: “este es un espacio para todos, y por fin tenemos un lugar fijo para congregarnos”. Durante los primeros años, como lo explicó el sacerdote, e incluso antes de siquiera ser una capilla, las ceremonias se llevaban a cabo en una cancha de Paratepuy.
Ante la crisis, fe
Miguel Mota forma parte de la congregación desde sus inicios, y durante la misa y celebración, guitarra en mano, llenó de música las instalaciones. “Hemos venido a celebrar 14 años de trabajo evangelizador”, manifestó, explicando que, antes de contar con sus propios terrenos, iban de casa en casa difundiendo la palabra de Dios.
Contaban con un terreno reducido, pero ahora, mediante permisos concebidos por la Alcaldía de Caroní y la cooperación de los creyentes, cuentan con un espacio más amplio que ya empieza a edificarse poco a poco.
“Empezamos a darle vida. Con el tiempo y el esfuerzo de la comunidad se levantaron estos espacios”, añadió Mota, en su emoción.
Para Mayela Gallo, ciudadana que se acercó en la mañana del domingo para celebrar la apertura, la crisis del país puede solucionarse con fe, porque es lo que le hace falta al venezolano: “Dependemos de la fe, de padre, hijo y espíritu santo. Tenemos que entender que Dios siempre va a estar allí para nosotros. La ayuda no solo debe ser material sino espiritual”.
La fe cambió la vida social y familiar de Jhaineth Figuera, de 39 años. A pesar del alto costo de la vida en Ciudad Guayana y los desacuerdos políticos que atraviesa el país, atestigua que Dios es una parte fundamental en su vida: “Ha llenado de felicidad mi vida en muchos momentos, y he sido testigo de los cambios que ha hecho en la gente”.
El domingo que viene iniciarán las fiestas patronales de Nuestra Señora de la Salud, por lo que el templo tiene actividades planeadas para las comunidades que quieran unirse. El padre González hizo un llamado a la integración para continuar con el crecimiento de la congregación y seguir la propuesta de darle forma a la nueva iglesia.
