¿Quién manda a quién? O el poder de los violentos

“Pasamos la noche en vela. Ya van tres fines de semana con ese asedio que no nos deja trabajar”. Así comentó Leonardo, el coordinador nacional de Las casas Don Bosco, una ONG que merece nuestra admiración y agradecimiento por lo que hacen por adolescentes en situación de riesgo en este país. Leo se refería a las amenazas que han recibido de varios colectivos de La Vega, Caracas – ¿Alguien los coordina? – quienes dicen “necesitar la casa para que sea utilizada para las misiones en ese sector”, pero resulta que esa sede sirve de residencia estudiantil para jóvenes que ya están en la universidad, esos mismos que salen de las casas Don Bosco. Tiene una función social, y toda la vida ha sido propiedad de los salesianos. Pero además, yo no puedo agarrar lo que se me antoje, Si esa esla lógica, entonces yo quiero un carro nuevo porque el mío ya está fallando y no tengo dólares para comprar otro, ¿Agarro uno que vi por ahí nuevecito? El fin de semana pasado dos autobuses, con familias completas, colchones, utensilios se presentaron en la noche a “pedir la casa”. ¿Qué autoridad le pone freno a estos colectivos? ¿Son ellos los dueños?

No quiero que olvidemos que hace un mes hubo otro incidente similar en El Valle. Una casa de acogida para indigentes en proceso derecuperación, dirigida por Hermanitas de Los Pobres, estuvo desde la madrugada hasta las 6 de la tarde del día siguiente prácticamente secuestrada por violentos, que llevaban niños como excusa, y a pesar de la policía, del defensor del Pueblo, el párroco, una fiscal que se presentaron a dialogar, nada que desalojaban, porque ellos no tenían casa y esos indigentes sí. Tuvo que llegar alguien de la vicepresidencia para convencerlos de salir.

Hubo más en mayo. El 13 hubo un operativo policial en San Vicente ( estado Aragua), según los pocos medios que lo reseñaron, casi dos mil funcionarios barrieron el sector, casa por casa, buscando unos pranes. En las visitas, muy poco amables, sacaron a todos los hombres, se reportan golpes, maltratos, robos de celulares, enseres, ¿Tres muertos? ¿20 muertos? ¿Más muertos?… ¿Así se comporta la autoridad? ¿Es así como se construye un territorio de paz?

Recuerdo unafrase repetida por varias madres y jóvenes de Ciudad Guayana, en el marco del Proyecto de investigación Ciudades Seguras. “¿Quién manda en la calle?” Preguntaba, “Ellos”, respondían sin titubeo para referirse a los violentos armados. “Ellos deciden por cuál calle pasar, a qué hora: ¡Todo!”. Sin comentarios.

Es verdad que el desgaste psicológico que nos generan las colas para el papel y el café, los sobresaltos ante el aumento creciente e indetenible de todo, impide que nos detengamos ante los hechos que van pasando y que nos dice que el imperio más vapuleado aquí es el de la Ley, el único imperio que apoyo, porque es la ley, las normas de convivencia las que protegen al más débil, al que como usted y como yo insistimos enque “ el diccionario detenga las balas”, y las amenazas, y los golpes… Ese imperio necesita de una autoridad que de confianza al ciudadano y no que se comporte distinto. Ese imperio requiere un discurso claro, coherente, que diga al violento, sea del bando que sea, que la gente debe ser respetada, que nadie puede hacer lo que le plazca.