“Buscan a los indigentes y los bañan, asean, les dan ropa limpia y los alimentan”, dijo el obispo de Margarita acerca de las Misioneras de la Caridad en Venezuela
La canonización de la Madre Teresa de Calcuta no ha pasado desapercibida en Venezuela. Como en el resto del mundo católico, su obra fue recordada en cada una de las diócesis. Algunos medios de comunicación, las Misioneras de la Caridad, y las autoridades religiosas, también recordaron a la santa que visitó tierras venezolanas el 26 julio de 1965, para fundar una primera comunidad en Cocorote, estado Yaracuy.
El obispo de la diócesis de Margarita, Fernando Castro Aguayo, en un artículo enviado a Aleteia: “Madre Teresa pobre”, a modo de testimonio, resaltó varias de las cualidades que adornan a la nueva santa que subió a los altares este domingo 4 de septiembre, durante una ceremonia que presidió el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro.
“Yo he sido testigo de lo que sus hijas hacen”, escribió Castro Aguayo, quien fue obispo auxiliar de Caracas y trabajó en el arciprestazgo de Petare, una zona de enormes necesidades materiales y espirituales donde las Misioneras de la Caridad evangelizan.
“Buscan a los indigentes y los bañan, asean, les dan ropa limpia y los alimentan”, explicó. “En sus albergues tienen a niños que sus madres (pobrecitas) han tirado en la basura como desechos humanos. Niños deformes, con muchos tipos de enfermedades y deficiencias congénitas”, explica monseñor Castro Aguayo.
“¡Cuánto bien nos hace darle de comer!”, escribe el obispo integrante de la Comisión de Pastoral Familiar en el episcopado venezolano. “Ayudar a un niño que le pongamos la “papilla” en la boca, porque si no él no podría hacerlo. O escuchar la risa de un niño que su boca y su cabeza le ocupa más de la mitad del cuerpo, por su deformidad innata”.
“Los apestados, sarnosos y portadores de piojos, ellas los limpian y curan con ayuda de otros”, describe acerca de las hijas de la Madre Teresa de Calcuta.
Recordó lo que la nueva santa contó de su primera experiencia. “En 1952 pudimos abrir el primer hogar del moribundo. A mí me ocurrió el primer caso, el de una mujer tirada en plena calle. Se la estaban comiendo las ratas y las hormigas”, citó.
Luego explicó: “Ellas buscan a los pobres dentro de los más pobres”. “Una caridad que sólo se consigue en la oración y contemplación de Dios. Señor, confío en ti para hacer lo que tu harías con los más pobres”, agrega en su escrito.
“¡Qué alegría tan grande que en este año de la Misericordia suceda esta glorificación de la Madre Teresa! ¡Qué don tan grande del Señor si tuviéramos las entrañas de misericordia y compasión que el Señor dio a la Madre Teresa!”.
El obispo de la Isla de Margarita reseña: “Cuando miramos a Dios nos humanizamos. Ella ha sido un regalo para el mundo. A la vez es una llamada a que nos abstengamos de lo superfluo para trabajar por los más necesitados”.
“Siempre que me las encuentro donde están trabajando, llevan una sonrisa, se ríen mucho. Portan la paz, y contagian el amor”, dijo monseñor Castro Aguayo, quien expresó sus deseos de contar con ellas en el trabajo pastoral: “Ruego a Dios que las Misioneras de la Caridad puedan venir a Margarita y fundar aquí una comunidad. Seguro que nos ayudará a todos a ocuparnos más de los más pobres y necesitados”.
La congregación, encabezada por la Madre Teresa de Calcuta llegó a Venezuela en 1965, gracias a gestiones del entonces arzobispo de Barquisimeto, Críspulo Benítez Fontúrvel, recordó la hermana Rosario de 84 años, quien formaba parte del grupo.
También existen en otras regiones de Venezuela varias “Casas de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta”, como en Catia la Mar, estado Vargas; San Félix, estado Bolívar; Barquisimeto, estado Lara; y en Carapita y Petare, en Caracas.
“El cielo revienta en aleluyas con motivo de la canonización de la Madre Teresa de Calcuta”, acotó finalmente en su mensaje el obispo de Margarita