Bolivia: Los Obispos condenan la politización de la emergencia

La preocupación ante la nueva realidad de la pandemia en Bolivia con más de siete mil infectados por el COVID-19 y el peligro de descontrol en su propagación, ha obligado a los Obispos de la Conferencia episcopal de esta nación a presentar su postura en un comunicado leído, ayer, ante las cámaras, por Monseñor Aurelio Pesoa, Secretario general del episcopado:

“Llamamos a las autoridades nacionales, departamentales y municipales, a no actuar con cálculos políticos y crear espacios de diálogo y concertación, como también a todos los bolivianos, a actuar con responsabilidad y evitar toda actitud de confrontación”

Clima tenso

Una exhortación de los Obispos que nace del clima de crispación creado por las presiones políticas para fijar una nueva fecha a las elecciones presidenciales que estaban previstas para el 3 de mayo y que fueron canceladas por la pandemia,  a lo que se suman los casos de corrupción en la gestión de la emergencia sanitaria y la inestabilidad un Gobierno provisional que se alarga, han profundizado la crisis política que vive Bolivia desde octubre del año pasado y han tomado el sobrevuelo sobre la vida y la salud de los ciudadanos.

Establecer prioridades

Con respecto a las próximas elecciones generales los Obispos reiteran – como lo hicieron en un mensaje del pasado 5 de mayo – que si bien fijar una nueva fecha para la celebración de las mismas es importante y necesario, lo es aún más no poner en peligro la salud y la vida de los ciudadanos y garantizar elecciones limpias y transparentes. De ahí la invitación de los Obispos a actuar con racionalidad y esperar hasta el momento en que baje el número de contagios y mejore la situación:

“Es una contradicción alentar elecciones mientras crece el número diario de infectados”

Elaborar estrategias eficaces

En este contexto, el Episcopado denuncia “toda actitud y actuación que ponga en peligro la vida y la salud de los demás, especialmente la politización de estos temas para fines electorales”. Para los Prelados, es fundamental  escuchar a los expertos en salud y elaborar estrategias eficaces para su control. Además, consideran que éstas deben ser actuadas con responsabilidad y aplicadas con rigor, aunque puedan no resultar “populares”.

Igualmente enérgica es la condena de los Obispos ante las irregularidades en la gestión de los recursos destinados a la emergencia sanitaria:

“Deploramos y rechazamos la evidente corrupción tan irresponsable e inmoral en la adquisición de ventiladores para salvar la vida de los enfermos”

El caso se refiere a una compra, con supuesto sobreprecio en, al menos, el triple de su valor, de ciento setenta respiradores a una empresa de España destinados a los hospitales de Bolivia para pacientes críticos con coronavirus. El proceso está en acto e implica a autoridades del Ministerio de la salud. Los Obispos bolivianos también llaman en causa al Poder Judicial del país y exige que actúe con imparcialidad e independencia política, sin excesos y con eficacia:

“Necesitamos un sistema judicial sin temores, oscuridad y servilismo político, que son sus deficiencias tradicionales”

Un claro llamado a las actuaciones del Tribunal Supremo Federal, del Tribunal electoral y a la Procuraduría general enfrascados en las presiones políticas de quienes aún reclaman la inconstitucionalidad de la anulación de las pasadas elecciones, del Gobierno de transición y de quienes piden una nueva fecha electoral.

El mensaje concluye con un llamado del episcopado a la corresponsabilidad de todos los bolivianos y a la lucha contra la indiferencia y el oportunismo, para garantizar la construcción de “una Bolivia más justa y confiable para todos”.