El Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa Savino, denunció durante la apertura del año académico en el Seminario Santa Rosa de Lima, que “vivimos en una sociedad paganizada” en la que “se ha perdido el sentido del pecado”, y donde la ideología de género “proclama la actividad sexual indiscriminada y sin límites, como si no hubiera ley moral”.
Ante los jóvenes seminaristas, el Purpurado recordó que “el Seminario más que un centro de formación académica, -que lo es, y de primera categoría-, es una comunidad espiritual, religiosa, para formar discípulos de Jesús”.
“Es una comunidad de aprendizaje, de crecimiento en las virtudes, las teologales, la fe, la esperanza y la caridad; y las cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza”. “Ustedes están llamados a consolidar su vivencia de la fe y su conducta cristiana, y en primer lugar, como actitud fundamental, en la escucha y cumplimiento de la Palabra viva del Señor, de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios”, afirmó en la Misa del 3 de octubre.
El Arzobispo dijo que “esto es importante recordarlo, pues vivimos en una sociedad paganizada, materializada, donde el desorden moral se ha ido extendiendo, y en la cual se ha perdido el sentido del pecado, y donde la contaminación amoral nos afecta a todos”.
En el campo de la castidad, añadió, “vivimos en un mundo erotizado que promueve continuamente la transgresión del sexto mandamiento. Vivimos en un mundo donde la corriente cultural llamada ideología de género proclama la actividad sexual indiscriminada y sin límites, como si no hubiera ley moral, como si el ser humano pudiera actuar sin líneas morales. Y esto es totalmente falso y anticristiano”.
El Cardenal Urosa llamó a los seminaristas ser “conscientes de esa situación, y abrazar con entusiasmo y alegría las enseñanzas de la moral cristiana, rechazar con fuerza y constancia el pecado, acoger la doctrina de la ascética y la vida espiritual, y profundizar y fortalecer su perseverancia en la virtud”.
Además, los exhortó a “vivir de acuerdo a la verdad; en el campo de la actitud cristiana ante el dinero, rechazar todo tipo de codicia”.
Durante la homilía, el Arzobispo recordó que Cristo dedicó “gran parte de su tiempo a formar a sus apóstoles, sus discípulos predilectos”, pues los llamó a “estar con él para enviarlos a predicar”.
En ese sentido, dijo que a pocas semanas de culminar el Año de la Misericordia, “es bueno caer en la cuenta de que ser testigos del Señor, para que el mundo crea y tenga vida es una hermosísima obra de misericordia. Por esto todos los alumnos del Seminario deben esmerarse para prepararse muy bien espiritual e intelectualmente a realizar esa bellísima misión”.
“Mis queridos hermanos: La mayor testigo, la mejor discípula de Jesús fue su Madre Santísima, la Virgen María. Imitémosla en el cumplimiento de la palabra de Dios, en el cumplimiento de los Diez Mandamientos, en el amor total a Jesucristo, para crecer como hombres de fe, para configurarnos realmente a nuestro Buen Pastor” y ser “buenos sacerdotes para la salvación de la humanidad”, culminó el Arzobispo, que encomendó el nuevo año académico a la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela.