Mateo 10,26-33:“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.»
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
La Iglesia Universal celebrahoy el Décimo Segundo Domingo del tiempo ordinario y recordamos la fiesta entre otros santos en honor a San Luis Gonzaga, religioso. Patrón de la Juventud Católica, nació el 9 de marzo de 1568 en Lombardía. En su adolescencia, decidió ingresar a la Compañía de Jesús, pese a la rotunda negativa de su padre, que soñaba para él una exitosa carrera militar. Murió el 21 de junio de 1591, a la edad de sólo 23 años. Hoy también se celebra en Venezuela, el día del padre, por lo que felicitamos a todos esos hombres que somos pilares fundamentales de nuestros respectivos hogares.
Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de JESUCRISTO, Según San Mateo capítulo 10, verso26 al verso33, en el que JESÚS exhorta a sus discípulos de todos los tiempos a no tenerle miedo a los desafíos que presenta este mundo terrenal. Por lo que es necesario estar prevenidos y Confiados en la Palabra del Maestro. Ya que el Camino que deben de recorrer no es un sendero lleno de flores. Y es que, para llegar a ser unos auténticos discípulos de JESÚS, es necesario vivir su propio Calvario, tal como lo vivió el Propio Maestro.
Por eso es que la instrucción de JESÚS es bien clara y nos previene acerca de tres cuestiones: 1) Quien quiera ser misionero del Reino ha de estar dispuesto a declarar con su palabra y con su vida el Mensaje del Evangelio. 2) No debe de tener miedo a ningún obstáculo que se le presente, arriesgando incluso su propia vida. 3) Ha de ser consciente de que el mismo Cristo, en el momento definitivo que dejemos esta vida transitoria para ir a la Vida Eterna, Él asumirá el Rol de Defensor o Acusador nuestro, delante del PADRE Celestial, de acuerdo a nuestra decisión de negarlo o de manifestar nuestro apoyo a Su Mandamiento de AMOR.
Importante es destacar que, en la Sagrada Escritura, se repite 365 veces, la frase “no temas” con alguna variante,de las cuales 75 están en el Nuevo Testamento. De ellas, voy a compartirles dos, que nos ayudarán mucho a ampliar las Palabras de JESÚS: “¡Sean fuertes y valientes! No tengan miedo ni tiemblen ante ellos. Porque el Señor, tu Dios, te acompaña, y Él no te abandonará ni te dejará desamparado” (Dt 31,6). Y “No temas por lo que tendrás que padecer: mira que el demonio va a arrojar en la cárcel a algunos de ustedes para que sean puestos a prueba, y tendrán que sufrir durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Ap. 2,10).
Al confrontarnos con el texto, y sentirnos interpelados con la exhortación de JESÚS, que nos invita a “no tener miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el espíritu”. Mandato bien difícil de asumir, ya que estamos en cuarentena precisamente porque le tenemos miedo al virus, y a las decisiones gubernamentales. Y también nos angustia la falta de alimento o al disminuido salario que no alcanza para comprar la canasta básica. Es como llevar a la práctica el refrán: “si nos pela el chingo, nos agarra el sin nariz”.
Por lo que puede decirse que todos nuestros miedos y angustias, se pueden resumir en uno solo: el miedo a la muerte, acontecimiento que todos tendremos que enfrentar en algún momento, por mucho que no nos guste hablar de ello. Por eso es que,JESÚS nos invita a situarnos en una perspectiva diferente. Para poder entender que la muerte es el paso necesario para encontrarse con DIOS, nuestro PADRE. Por lo que hay que vivir sirviendo, y ayudando a otros a vivir la vida dando Gracias a DIOS por todo y de esa manera se disminuirá la envidia, los rencores, las ambiciones, los egoísmosy crecerá la solidaridad, el respeto, la justicia y la paz, en medio de nuestra sociedad.
Señor JESÚS, Tú conoces mis debilidades y defectos, como conoces a todas las ovejas que escuchan Tu voz. Te doy gracias porque a pesar de mis dudas y mis negaciones, me haces volver a Ti y das Testimonio de mí, ante El PADRE y ante mis hermanos. Amén.