EVANGELIO DEL DÍA JUEVES 30 DE JUNIO DEL 2016   

                 Mateo 9, 1-8: “En aquel tiempo,  Jesús volvió a la barca, cruzó de nuevo el lago y vino a su ciudad. [2] Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: «¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!» [3] Algunos maestros de la Ley pensaron: «¡Qué manera de burlarse de Dios!» [4] Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: « ¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil decir: «Quedan perdonados tus pecados», o: «Levántate y anda»? Sepan, pues, que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.» Entonces dijo al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a casa.»  Y el paralítico se levantó y se fue a su casa. La gente, al ver esto, quedó muy impresionada, y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres”.

 

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 

Hoy concluimos el mes de junio de este Año Santo Extraordinario de la Misericordia de Dios, en el cual estamos llamados a ser portadores de misericordia en nuestro entorno familiar y social, sobre todo con las obras de misericordia, espirituales y corporales. Este mes finaliza con el relato de la sanación de un paralítico, que vivía acostado en su cama, y que fue cargado por cuatro hombres y llevado hasta Jesús, cuando Jesús, estaba enseñando a las multitudes. Leer el texto en San Mateo, capítulo 9, versículos del 1 al 8.

En San Marcos 2,1-12 y San Lucas 5,17-26, la narración es más larga y mejor conocida que esta: Como no logran llegar cerca de Jesús, descienden al paralítico por un hueco hecho en el techo. Viendo la fe de aquellos hombres, Jesús dice al paralítico: “ánimo, hijo mío, tus  pecados están perdonados.” Y con eso genera gran polémica!

Los maestros de la Ley murmuran contra Jesús diciendo: “Este hombre blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados a no ser Dios?” Jesús les pregunta: “¿Qué es más fácil decir: Tus pecados están perdonados o decir: Levántate y anda?” Después, volviéndose hacia el paralítico ordena: “Levántate, toma tu camilla y camina”.

Jesús continúa su misión de anunciar el Evangelio y liberar al hombre de todo sufrimiento. En la sanación del paralítico, queda claro que la misión de Jesús no es simplemente restablecer la salud física del enfermo. Sino mucho más importante, es sanar su espíritu por el perdón de los pecados. Jesús sana al hombre integralmente. En el tiempo de Jesús la enfermedad era asociada al pecado. Era el pecado que causaba la enfermedad. Así, la persona tenía un doble sufrimiento: La enfermedad y la conciencia del “ser pecador”. Jesús lo libera de las dos situaciones.

Podríamos decir que el milagro de Jesús comienza cuando aquellos cuatro hombres se disponen a llevar el paralítico hasta Jesús. Es la suma del binomio: FE y CARIDAD que hizo suceder el milagro. La ayuda prestada por aquellos hombres demuestra tanto la caridad como la fe.

Al anunciar el Año de la Misericordia, el Papa insiste “Que la palabra del perdón pueda llegar a todos, y la llamada a experimentar la misericordia no deje a nadie indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige, con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida” (El Rostro de la Misericordia, n. 19).

En este Año de la Misericordia Dios quiere sanar a cada uno de nosotros que nos encontramos paralizados por nuestros muchos pecados, abramos púes nuestro corazón y permitamos que Dios nos sane y nos libere. Amen.