EVANGELIO DEL DÍA LUNES 15 DE AGOSTO DEL 2016  

         

 

  Mateo 19, 16-22: “En aquel tiempo, un hombre joven se le acercó a Jesús y le dijo: «Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para conseguir la vida eterna?» Jesús contestó: « ¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos.» El joven dijo: «¿Cuáles?» Jesús respondió: «No matar, no cometer adulterio, no hurtar, no levantar falso testimonio, honrar al padre y a la madre y amar al prójimo como a sí mismo.» El joven le dijo: «Todo esto lo he guardado, ¿qué más me falta?» Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven y sígueme.» Cuando el joven oyó esta respuesta, se marchó triste, porque era un gran terrateniente”.

 

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 

La Iglesia celebra hoy 15 de Agosto, la fiesta de la Asunción de Nuestra Señora a los Cielos. Saludamos en modo especial a todos los consagrados y consagradas, a los que se han entregado de manera firme y con convicción a la Vida Religiosa.

Siguiendo la lectura del evangelio de Mateo, hoy tenemos el capítulo 19, versículos 16 al 22, “alguien se aproximó a Jesús y le dice: maestro, que obras buenas debo hacer para alcanzar la vida eterna?”…“si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos… No cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falsos testimonios, honra a tu padre y a tu madre, y amarás al prójimo como a ti mismo.”

El joven le dijo: “todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta por hacer?” Jesús respondió: “Si quieres ser perfecto, ve, vende  tus bienes, dáselos a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después, ven y  sígueme.” Cuando oyó esas palabras, el joven  se fue con tristeza, porque poseía muchos bienes.

Este es un caso único de alguien que busca encontrarse con Jesús se va, de su presencia, lleno de tristeza. Encontrarse con Jesús exige una apertura sincera del corazón, y de la mente, para realizar, en sí mismo, los cambios que se derivan de este encuentro. En el texto, un joven de conducta religiosa irreprensible va al encuentro de Jesús, queriendo saber lo que debería hacer para poseer  la vida eterna. La respuesta es vivir los mandamientos. Algo que él ya hacía.

Jesús toca en la herida de aquel joven: debía dar los bienes a los pobres y ganar un tesoro en el cielo. Pero él era muy rico y no estaba dispuesto a dejar su comodidad y bienes materiales.

Dirigiéndose a los Religiosos, Religiosas y a los Laicos consagrados, Benedicto XVI decía: “En un mundo que tantas veces busca el bienestar, la riqueza y el placer como finalidad de vida […] ustedes son testimonios de que existe otra forma de vivir con sentido, […] que la justicia y la verdad son posibles…” (Discurso Inaugural, DA p. 263).

La búsqueda de la perfección o de la santidad exige el desprendimiento radical de los bienes materiales y la adhesión plena a la persona de Jesús.Oremos para que Dios derrame su amor y su bendición sobre cada uno de nosotros y, especialmente, sobre nuestras familias, revigorizando en todas las parejas la fuerza del sacramento del amor, en los matrimonio. Amen.