EVANGELIO DEL DÍA MARTES 28 DE AGOSTO DEL 2018

 

Mateo 23, 23-26: “En aquel tiempo, Jesús dijo a escribas y fariseos: ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes pagan el diezmo hasta sobre la menta, el anís y el comino, pero no cumplen la Ley en lo que realmente tiene peso: la justicia, la misericordia y la fe. Ahí está lo que ustedes debían poner por obra, sin descartar lo otro. ¡Guías ciegos! Ustedes cuelan un mosquito, pero se tragan un camello. ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes purifican el exterior del plato y de la copa, después que la llenaron de robos y violencias. ¡Fariseo ciego! Purifica primero lo que está dentro, y después purificarás también el exterior”.

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

El santoral del día nos presenta entre otros santos, la fiesta en honor a  San Agustín de Hipona, conocido como el «Doctor de la Gracia» fue el máximo pensador del cristianismo del primer milenio y según Antonio Livi uno de los más grandes genios de la humanidad. Autor prolífico, dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología, siendo Confesiones y La ciudad de Dios sus obras más destacadas. Nació en Tagaste, el 13 de noviembre del 354, y murió en Hipona el 28 de agosto del 430), es un santo, padre y doctor de la Iglesia católica.

Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de JESUCRISTO, Según San Mateo capítulo 23, versos del 23 al 26, en el que JESÚS, sigue dándole una reprimenda a los conocedores de la Ley, por exigirle mucho a los otros y ellos hacer poco. Estando pendientes de detalles superfluos, pero no iban al sentido profundo de las exigencias de la Ley que son la justicia, la misericordia y la fidelidad. Por eso JESÚS los llama hipócritas, porque es inútil querer estar limpios por fuera, sin estarlo por dentro.

¿Pero cómo pudo JESÚS llamar hipócritas a esos hombres tan bien preparados en el conocimiento de la Biblia? En el idioma de JESÚS, la palabra hipócrita designa también al que juzga según las apariencias y al que se burla de las cosas de Dios. No todos los fariseos eran hipócritas, por supuesto, pero JESÚS denuncia una deformación que se ve a menudo en las élites religiosas. Y nos invita a mirar siempre con mucho recelo las instituciones que, nacidas de los poseedores de la cultura y del dinero, pretenden guiar a los demás y dirigir la Iglesia, sin haber antes aprendido de los pobres ni guardado la verdadera humildad. Dios es tan grande que nadie puede presentarse como su lugarteniente. Estos practicaban, enseñaban, conseguían nuevos adeptos para la fe, pero por más que ayunaran y dieran limosnas, no se deshacían de su orgullo y de su amor al dinero.

El Evangelio de hoy nos invita a hacer el examen diario de nuestras acciones y contrastarlas con las enseñanzas de JESÚS. Y es que lo que Él le critica a los fariseos, es que en su fanatismo religioso, terminan por caer en lo que ellos mismos critican, y es que el deseo de pureza y perfección, cuando no están fundamentado en la caridad e iluminado por el realismo, conducen a la ceguera. JESÚS, invita a adversarios y partidarios a aprender a discernir a partir de los valores del Reino. De allí que sea propicia la oportunidad para preguntarnos: ¿Qué prejuicios de mi cultura social chocan con los valores que hoy me propone el Evangelio?

Señor JESÚS danos el deseo profundo de que habite en nosotros Tú Reino de la Claridad y la Verdad, para ser verdaderos discípulos Tuyos, y que nuestras actuaciones de amor y de servicio hacia los otros, no sean fingidas, ni contengan intereses ulteriores. Amen.