Lucas 10, 13-16: “En aquel tiempo, Jesús dijo: ¡Pobre de ti, Corozaín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se han hecho en ustedes se hubieran realizado en Tiro y Sidón, hace mucho tiempo que sus habitantes habrían hecho penitencia, poniéndose vestidos de penitencia, y se habrían sentado en la ceniza. Con toda seguridad Tiro y Sidón serán tratadas con menos rigor que ustedes en el día del juicio. Y tú, Cafarnaún, ¿crees que te elevarás hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el lugar de los muertos. Quien les escucha a ustedes, me escucha a mí; quien les rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.»
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
Nuestra Iglesia Universal, celebra hoy la fiesta en honor de San Jerónimo, quien nació en el año 340, estudió en Roma y allí fue bautizado. Abrazó la vida ascética. Fue secretario del Papa Dámaso y bajo su conducción empezó la traducción latina de la Biblia. Sus últimos 35 años los pasó en una cueva de Belén, desde donde desplegó una gran obra para ayudar a entender la Biblia. Se le considera el padre de las ciencias bíblicas y patrono de los bíblista.
Y el Evangelio que la liturgia nos invita a confrontar está circunscrito después de las instrucciones de Jesús a los setenta y dos discípulos enviados en misión a Samaria, y se encuentra en Lucas, capítulo 10, versos 13 al 16, presenta una advertencia de Jesús a tres ciudades, por su rechazo al anuncio del Reino de Dios.
«Ay de ti, Corozaín! Ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros realizados entre ustedes, hace mucho tiempo que habría mostrado arrepentimiento, vestidos de sayal y sentándose sobre ceniza. Pues bien, en el día del juicio, Tiro y Sidón tendrán una sentencia menos dura que ustedes. Y tú, Cafarnaún, piensas ser levantada hasta el cielo? Al infierno bajaras! Quien a ustedes los escucha, a mí me escucha; y quien a ustedes los rechaza, a mí me rechaza Y, quien me rechaza a mí, rechaza a quien me ha enviado”.
En el Antiguo Testamento eran comunes las predicciones de los profetas contra naciones o ciudades adversarias a Israel o Judá. Durante el ministerio de Jesús en Galilea y sus alrededores, este es un caso único de censura a ciudades… Ya para el final de su ministerio, se hará también censura a Jerusalén, identificándola como «la ciudad que mata a los profetas.» Las tres ciudades censuradas en este texto de Lucas eran centros del comercio a partir de la navegación en el lago de Galilea, en comunicación con territorios gentiles cercanos.
Corozaín y Betsaida se encuentran al norte de Cafarnaúm. Ellos cercaban comunidades judías, con sus sinagogas. Betsaida es la ciudad de Pedro, Andrés y Felipe, y Cafarnaúm es la ciudad donde Jesús fue a vivir al comienzo de su ministerio, y se convirtió así en el centro de irradiación de sus actividades.
En contraste con ellas, son evocadas ciudades de los gentiles, Tiro y Sidón, de las cuales se podía esperar el arrepentimiento y la conversión. Jesús, que es rechazado por aquellos que están instalados en el poder religioso y económico, es acogido por los pobres y humildes.
Escuchando a Jesús, por la conversión, podremos vivir en una sociedad fraternal sin explotadores ni explotados, sin enriquecidos y empobrecidos, viviendo en armonía y paz, en una comunión de amor con el prójimo, con Jesús y, a través de Él, con el Padre.
El amor de Jesús nos seduce y está presente en nuestras vidas, llamándonos contantemente a seguirlo. Pidamos a Dios para que seamos verdaderos discípulos de Jesús, y unidos en su Iglesia, perseveremos en nuestra conversión al servicio de los pobres y en rescate de la vida en el mundo. Amen.