EVANGELIO DEL DÍA VIERNES 4 DE MARZO DEL 2016  

     Marco 12,28-34:”En aquel tiempo uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó:« ¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Jesús le contestó: «El primer mandamiento es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es un único Señor.  Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. Y después viene este otro: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento más importante que éstos.» El maestro de la Ley le contestó: «Has hablado muy bien, Maestro; tienes razón cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo como a sí mismo vale más que todas las víctimas y sacrificios.»  Jesús vio que ésta era respuesta sabia y le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y después de esto, nadie más se atrevió a hacerle nuevas preguntas”.

 

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo

 

En la colección de relatos de los últimos días de Jesús, en Jerusalén, tenemos hoy el evangelio de Marcos, capítulo 12, versículos del 28 al 34.

En estos relatos encontramos el diálogo entre Jesús y uno de sus opositores dirigente del judaísmo. Se trata de un escriba, estudioso de la Ley judía. El escriba pregunta a Jesús: “¿Cuál es el primer y más importante de los mandamientos?”. Jesús responde: “El primero Es: ‘…amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con todas tus fuerzas…’. El segundo es este: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro mandamiento mayor a estos dos”.

El escriba de acuerdo con Jesús le añade que estos mandamientos valen más que todos holocaustos y todos los sacrificios. Jesús, viendo que él, respondió con inteligencia, dice: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. El diálogo aparenta una evidente armonía, por eso, Jesús lo mira con una cierta prudencia: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. Mateo, en su evangelio, afirma que el escriba estaba provocando a Jesús.

Las tradiciones de Israel y las judías exigían a sus fieles observar más de seiscientos mandamientos, minuciosos y detallistas. De frente a tal carga legalista, entre los escribas, que escudriñaban la Ley, se debatía cuál sería el principal y más importante de todos.

Los jefes religiosos, legalistas, consideraban el amor a Dios por encima de todas las cosas, como el mandamiento principal. Para ellos, Sin embargo, este amor se manifestaba en las estrictas observancias legales y en la práctica del culto.

Jesús modifica el enfoque hacia el amor al prójimo. El amor a Dios no consiste en el culto religioso y en las observancias legales, sino en el amor concreto que se manifiesta en acciones a favor de nuestro prójimo, principalmente los más necesitados. Al asegurarle al escriba: “No estás lejos del Reino de Dios”, Jesús sugiere que todavía le falta algo más.

En otro pasaje al hombre rico que observaba los mandamientos y deseaba obtener la vida eterna, Jesús le dice: “Una cosa te falta: vende todo lo que tienes, y dáselo a los pobres… después ven y sígueme”. Al escriba le faltaba romper con las doctrinas y observancias legales, y además liberarse de sus riquezas.

Jesús nos enseña que el amor a si mismo se realiza en el amor al prójimo, el cual es la expresión del amor a Dios. De donde se deriva que amar a Dios es amar y servir al prójimo, poniéndose a su disposición como lo hizo Jesús y esa debe ser nuestra constante, pero como no lo podemos hacer solos pidámosle a Dios Todopoderoso la intersección del Espíritu Santo para lograr esa meta. Amen