El Papa Francisco ofreció esta mañana una reflexión sobre lo que se podría considerar como los 3 “mandamientos” que todo periodista debe tener en cuenta al desarrollar su labor: amor a la verdad, vivir con profesionalismo y respetar la dignidad humana.
Así lo indicó el Santo Padre en su discurso a los miembros del Consejo Nacional del Colegio de Periodistas de Italia en el que destacó que “el periodista tiene un papel de gran importancia y al mismo tiempo una gran responsabilidad. De alguna manera escribe el ‘primer borrador de la historia’”.
“Los tiempos cambian, y también cambia la forma de ser periodista. Tanto los medios de comunicación impresos como la televisión pierden relevancia con respecto a los nuevos medios del mundo digital –especialmente entre los jóvenes– pero los periodistas siguen siendo una piedra angular, un elemento fundamental para la vitalidad de una sociedad libre y plural”.
El Pontífice dijo luego que su meditación se centra en tres elementos: “amar la verdad, algo esencial para todos, pero especialmente para los periodistas; vivir con profesionalismo, algo que va más allá de las leyes y reglamentos; y respetar la dignidad humana, que es mucho más difícil de lo que parece a primera vista”.
1.- Amar la verdad
“Amar la verdad significa no solamente afirmarla, sino vivirla, atestiguándola con el trabajo”, dijo Francisco. “La cuestión no es ser o no ser creyente. La cuestión es ser o no ser honesto consigo mismo y con los demás”, precisó.
“En la vida no todo es blanco o negro. También en el periodismo, debemos ser capaces de discernir entre los matices de gris de los acontecimientos que estamos llamados a contar. Los debates políticos, e incluso muchos conflictos, rara vez son el resultado de una dinámica clara, donde se reconoce sin ambigüedades quien está equivocado y quién tiene razón”, subrayó el Papa.
“La confrontación y a veces el enfrentamiento nacen, en el fondo, de esta dificultad de síntesis entre las diferentes posiciones. Este es el trabajo difícil y necesario al mismo tiempo de un periodista: llegar lo más cerca posible a la verdad de los hechos y no decir o escribir algo que, en conciencia, sabes que no es cierto”.
2.- Vivir con profesionalismo
Vivir con profesionalismo, explicó el Papa Francisco, quiere decir “comprender, interiorizar el sentido profundo del trabajo propio. De ahí se deriva la necesidad de no someter la profesión a la lógica de los intereses partidistas, ya sean económicos o políticos”.
La tarea del periodismo “es por lo tanto favorecer el crecimiento de la dimensión social del ser humano, favorecer la construcción de una verdadera ciudadanía” y también “preocuparse por uno de los arquitrabes de la estructura de una sociedad democrática”.
Es necesario recordar que, “a lo largo de la historia, las dictaduras –de cualquier orientación y ‘color’– siempre han intentado no solo apropiarse de los medios de comunicación, sino también imponer nuevas reglas a la profesión periodística”.
3.- Respetar la dignidad humana
“Si respetar la dignidad humana es importante en cualquier profesión, lo es en particular en el periodismo, porque detrás de la simple historia de un caso hay sentimientos, emociones, y en última instancia, la vida de las personas”.
Muchas veces, continuó Francisco, “he hablado de los chismes como ‘terrorismo’, de cómo se puede matar a una persona con la lengua. Si esto se aplica a los individuos, en la familia o en el trabajo, tanto más cierto es para los periodistas, porque su voz puede llegar a todo el mundo, y esta es un arma muy poderosa”.
Por supuesto, reconoció el Papa, “la crítica es legítima y diré todavía más, necesaria, así como la denuncia del mal, pero ambas deben hacerse siempre respetando al otro, su vida, sus afectos”.
“El periodismo –precisó– no puede convertirse en un ‘arma de destrucción’ de las personas e incluso de los pueblos. Ni tiene que alimentar el temor frente a cambios o fenómenos como la migración forzada por la guerra o el hambre”.
El Papa hizo votos luego para que “cada vez más y en todas partes el periodismo sea una herramienta de construcción, un factor de bien común, un acelerador de procesos de reconciliación, que sepa rechazar la tentación de fomentar el enfrentamiento con un lenguaje que avive las llamas de la división, y favorezca, en cambio, la cultura del encuentro”.
“Ustedes los periodistas pueden recordar cada día a todo el mundo queno hay conflicto que no pueda ser resuelto por las mujeres y los hombres de buena voluntad”, concluyó el Papa Francisco.