El seminario no es lugar para aquellos que estén demasiado apegados al dinero y a las cosas materiales, advirtió el Papa Francisco este 5 de noviembre.
Durante la audiencia que concedió en el Aula Pablo VI, en Roma, a los participantes en el tercer encuentro mundial de Movimientos Populares, el Santo Padre indicó que “a cualquier persona que tenga demasiado apego por las cosas materiales o por el espejo, a quien le gusta el dinero, los banquetes exuberantes, las mansiones suntuosas, los trajes refinados, los autos de lujo, le aconsejaría que se fije qué está pasando en su corazón y rece para que Dios lo libere de estas ataduras”.
Parafraseando al ex Presidente de Uruguay, José Mujica, presente en el Aula, dijo que “el que tenga afición por todas esas cosas, por favor, que no se meta en política, que no se meta en una organización social o en un movimiento popular, porque va a hacer mucho daño a sí mismo y al prójimo y va a manchar la noble causa que enarbola”.
“Tampoco que se meta en el seminario”, añadió el Pontífice, y con sus palabras arrancó un sonoro aplauso de los asistentes.
Francisco denunció la extensión de la corrupción: “Hay corrupción en la política, hay corrupción en las empresas, hay corrupción en los medios de comunicación, hay corrupción en las iglesias y también hay corrupción en las organizaciones sociales y los movimientos populares”.
“Es justo decir que hay una corrupción naturalizada en algunos ámbitos de la vida económica, en particular la actividad financiera, y que tiene menos prensa que la corrupción directamente ligada al ámbito político y social. Es justo decir que muchas veces se manipulan los casos de corrupción con malas intenciones. Pero también es justo aclarar que quienes han optado por una vida de servicio tienen una obligación adicional que se suma a la honestidad con la que cualquier persona debe actuar en la vida”, expresó.
Para estas personas, advirtió el Papa, “la vara es más alta: hay que vivir la vocación de servir con un fuerte sentido de austeridad y humildad. Esto vale para los políticos pero también vale para los dirigentes sociales y para nosotros, los pastores”.