“Acudir a un vidente o a que le lean a uno el tarot supone un pecado contra el primer Mandamiento”, declara el párroco de Nuestra Señora de la Moraleja, en Madrid, a Religión Confidencial. “Querer dominar el futuro es un acto de idolatría, por tanto, un acto que va contra Dios”.
Para Sánchez Rey, estos actos suponen prescindir de Dios y dejar de tener confianza en su providencia. “Dios ama y cuida a las personas, no las deja a su suerte”. En palabras del sacerdote, la razón fundamental por la que las personas acuden a estas técnicas es la ignorancia.
Según el sacerdote, el peligro de alejarse de Dios entraña otro aún mayor: la posesión. Según relata el exorcista, el diablo llega cuando se le abren las puertas; esto es, cuando uno se aparta del Señor. Una persona que cae en la superstición se está poniendo “en un peligro cierto”.
Respuesta de un vidente africano
A pesar de esto, en un país mayoritariamente cristiano siguen proliferando las ciencias ocultas, y los videntes no siempre pondrán reparos al hacer negocio por preocuparse de la moral del cliente. Así, este Confidencial se ha puesto en contacto con un teléfono de ocultismo para preguntar si siendo cristianos podemos acudir a este tipo de locales. La respuesta rotunda es: “sí, siempre que paguemos la cita”.
El pasado 18 de abril el Papa celebró la Misa en Santa Marta. Durante su Homilía, mencionó que el cristianismo y las ciencias oscuras son incompatibles. Según Francisco, el ocultismo busca abrir un camino diferente al que nos ofrece el cristianismo. Para el cristiano, dice el Santo Padre, “Jesús es Puerta y Camino. Si lo seguimos a Él no fallaremos”.