Comentario a las lecturas del V Domingo de Pascua

En las lecturas de este V Domingo de Pascua Dios nos habla dejándonos varios mensajes, unos útiles por nuestra vida personal, otros por la vida de nuestras comunidades.

En los Hecho de los Apóstoles se habla de Pablo, que de recién convertido, se acerca a los discípulos de Jerusalén y, solo con la mediación de Bernabé, logra superar el miedo de la comunidad cristiana, que lo conocía come persecutor. Hoy, también, Dios pude transformar el corazón de las personas lejanas y hostiles, como Pablo. Nosotros, a ejemplo de Bernabé, tenemos que reconocer la obra de Dios y permitir que, quien se convierte, encuentre acogida en la Iglesia y pueda ser testigo del Evangelio.

  1. Juan, en su primera carta, invita los seguidores de Jesús a amar no con palabras sino con obras, viviendo los mandamientos, que no son los innumerables preceptos del Antiguo Testamento, sino la fe en Jesús, verdadero Hijos de Dios y el amor para con Dios y el prójimo. Modelo de este amor es el mismo Jesús.

Para vivir el amor en la dimensión divina el evangelio de Juan nos sugiere la imagen de la vid. Con este ejemplo Jesús quiere recordarnos la necesidad de estar en comunión con Ël. Sin Ël no podemos hacer nada. Los frutos del amor se dan solo si dejamos circular en nuestras venas la vida de Jesús. Donde no llega la savia, que es la vida de Jesús, la rama se seca, así nuestra vida sin Jesús é destinada a la muerte. Damos frutos de vida con Jesús aceptando la purificación che Dios nuestro Padre realiza en nosotros como buen viñador.