EVANGELIO DEL DIA JUEVES 11 DE FEBRERO DEL 2016

LUCAS 9, 22-25: “Y les decía: «El Hijo del Hombre tiene que sufrir mucho y ser rechazado por las autoridades judías, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la Ley. Lo condenarán a muerte, pero tres días después resucitará.» También Jesús decía a toda la gente: «Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y que me siga. Les digo: el que quiera salvarse a sí mismo se perderá, y el que pierda su vida por causa mía, se salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde o se disminuye a sí mismo?”

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo

La Iglesia nos invita a celebrar hoy la memoria de Nuestra Señora de Lourdes, quien se apareció en una gruta en Lourdes-Francia, el 11 de febrero de 1858, presentándose como La “Inmaculada” a la joven Bernardita Soubirous. Con esta memoria celebramos también el DIA MUNDIAL DEL ENFERMO. Recemos por ellos y ofrezcámosle amor y servicio.

Y el evangelio de hoy, lo encontramos en Lucas, capítulo 9, versículos del 22 al 25, en el Jesús hace dos de sus tres anuncios de su pasión y muerte. Le anuncia a sus discípulos, en privado, de su muerte y resurrección. Les habla de la renuncia, especialmente la renuncia a sí mismo, y justo este es el secreto de la vivencia de la cuaresma. LA CRUZ es la condición para el seguimiento de Cristo. Por tres veces Jesús anuncia que, Él, debe sufrir, morir y resucitar. Con esos anuncios Jesús prepara el corazón de los discípulos para los días difíciles que vendrán.

El hombre, por su naturaleza busca poder y gloria. Y el demonio infiltra esos deseos de poder y gloria, hasta en los mejores proyectos apostólicos. Por eso sigue siendo válida la pregunta de Jesús: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida para siempre?” Renunciar es un camino difícil, pero posible con Jesús.

El camino del cristiano es seguir a Cristo, el Maestro. El mismo se hace camino y nos lo enseña: Antes de predicar la renuncia, Él, la práctica; antes de ofrecer la cruz, Él, la carga. Él, da su vida libremente en la cruz, para que aprendamos y hagamos lo mismo. Así como Él asume libremente la pasión para liberarnos, al proponernos la Cruz y la renuncia, Él nos ofrece un horizonte y una meta muy bien definidas: El nacimiento de un hombre nuevo y resucitado, para esto debemos dejar que la pascua, se de en nuestra vida.

En este tiempo de Cuaresma Jesús nos propone un camino exigente: “Si alguno quiere venir detrás de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”.   Y es que la Cuaresma es una excelente oportunidad para reflexionar sobre la propuesta de Jesús. ¿Escogemos nuestro proyecto o preferimos abrazar la Cruz para ganar la vida eterna? Aún tenemos tiempo suficiente para tomar una decisión.

Pidamos al Espíritu Santo, que sustente la propuesta de Jesús y nos ayude en nuestro proyecto de “conversión y vida nueva”. Y que, Él mismo, nos conceda la gracia y la fuerza, para cumplirlo. Amen