EVANGELIO DEL DÍA LUNES 28 DE NOVIEMBRE DEL 2016

 

   Mateo 8, 5-12: “En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un capitán de la guardia, suplicándole: «Señor, mi muchacho está en cama, totalmente paralizado, y sufre terriblemente.» Jesús le dijo: «Yo iré a sanarlo.» El capitán contestó: «Señor, ¿quién soy yo para que entres en mi casa? Di no más una palabra y mi sirviente sanará. Pues yo, que no soy más que un capitán, tengo soldados a mis órdenes, y cuando le digo a uno: Vete, él se va; y si le digo a otro: Ven, él viene; y si ordeno a mi sirviente: Haz tal cosa, él la hace.» Jesús se quedó admirado al oír esto, y dijo a los que le seguían: «Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe. Yo se lo digo: vendrán muchos del oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos”.

 

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 

A partir de esta semana comienza el nuevo año litúrgico comienza con el Adviento como preparación para la Navidad. Es el tiempo para la lectura y meditación de la vida de Jesús, profundizamos la comprensión de la grandeza del don de Dios, que, por la encarnación de su Hijo, nacido de María, se hace comunión con la humanidad que Él ha creado.

El Evangelio de hoy es San Mateo, capítulo 8, versículos 5 a 11. Al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un centurión romano pidiendo la curación de su criado muy enfermo. Jesús, se dispuso para ir a la casa del centurión para curar al criado, pero este le dijo: «Señor, no soy digno de recibirte en mi casa, pero sólo con que digas una palabra mi siervo quedará  sano. Jesús quedo admirado y dijo a los que le seguían: «En verdad les digo que, en Israel, no he encontrado nadie con tanta fe.» Y dijo al centurión: «Ve, y que suceda como has creído.» Y el sirviente se curó en ese mismo momento.

El Centurión, militar romano que vivía en Galilea, era gentil, y como tal, cualquier contacto con él o con su casa era evitado por los judíos, sin embargo Jesús se dispuso inmediatamente para ir a su casa. Con humildad y fe en Jesús, el centurión pide solamente una palabra de Jesús para la curación de su criado. De esta manera, se hace un contraste con los judíos, que rechazan a Jesús.

Lo más destacado es la fe de un gentil que va más allá de la fe del pueblo de Israel. El amor de Dios y la salvación no se limitan a los que están sujetos a la ley que rige el templo y las sinagogas, ya que es un regalo de Dios a todos los pueblos y naciones que acogen a Jesús en la fe.  La narrativa, con la universalidad del don de Dios en Jesús es un modelo para las misiones. Es la confianza en el amor y las palabras de Jesús, que nos hace pasar de la muerte a la vida.

Jesús nos revela que la presencia del amor que da la vida hace germinar la fe en cualquier pueblo o nación y en cualquier época. Jesús, aunque no está presente de forma evidente, está presente por su palabra y por la vida que comunica.

Contemplando a Jesús en su inmenso amor, en su fe nos lleve en su seguimiento, a un abandono confiado en las manos del Padre. Y con la fe, reconociendo la presencia de Jesús en nuestras vidas y siguiendo sus pasos, podamos encontrar la paz y la alegría, irradiándolas a nuestro alrededor. Amen.