Juan 6,30-35 “En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan».Jesús les contestó: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta entre otros, en honor a la Beata María de San José. La primera Beata venezolana: Laura Evangelista Alvarado Cardozo, la Madre María de San José. Hija de Clemente Alvarado y Margarita Cardozo, nació en Choroní, un pueblo del Estado Aragua, en Venezuela, el 25 de abril de 1875.Como requisito para la Beatificación, se exhumaron los restos mortales de la Venerable María de San José, el 19 de enero de 1994, hallándose su cuerpo intacto. Es Beatificada por S.S. Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en Roma el 7 de mayo de 1995,
Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Jesucristo, según San Juan capítulo 6, verso30al verso35,en el quela gente del tiempo de JESÚS, le pide una señal y Él se revela como pan de vida, como alimento que sacia el hambre. Y es que los antepasados del pueblo judío recibieron el maná en el desierto, símbolo de la Ley. JESÚS explica que el maná no fue obra de Moisés, sino de DIOS, a quien Él llama “mi Padre”.
JESÚS, les habla de un don que DIOS les da ahora, en el presente, se trata del verdadero Pan del cielo, que impulsa al verdadero cumplimiento de los designios de DIOS. Este Pan que ha bajado del Cielo, no solo da la vida a Israel, sino al mundo entero. Los israelitas anclados en el pasado en el que han recibido dones de DIOS, no son capaces de abrirse a una nueva Revelación en el presente, que el Verbo hecho carne o Pan les está trasmitiendo.
En el Antiguo Testamento junto con la donación del maná, Dios había dado una instrucción precisa de no acaparar, para evitar el usufructo posterior con esta donación. En el Nuevo Testamento JESÚS, se da a sí mismo como Pan gratuitoy abundante, a todos los suyos, para poder hacerle frente a las necesidades de la vida terrenal y en preparación a la vida eterna.
Y es que JESÚS es el verdadero alimento, el Nuevo Maná bajado del Cielo. Quien lo coma no volverá a tener hambre. Porque JESÚS, es la expresión concreta de lo que DIOS quiere de sus criaturas para que se adhieran al mensaje de Amor de su Hijo, que se convierte en alimento imperecedero para su supervivencia, ya que estar unido a JESÚS, es la garantía de la fidelidad a la causa del Padre, la cual se va fortaleciendo paulatinamente en la medida que se alimente diariamente.
Al confrontarnos con el texto y tomar la Palabra de JESÚS, como un llamado personal, donde nos dice que el único Pan que nos hace vivir a plenitud es SuAmor sin medida. No es extraño, por ello, que los relatos del Resucitado, que estamos meditando en este tiempo litúrgico, se den siempre entorno al pan, a las comidas, a la mesa compartida. Y que, en este gesto-símbolo no solo descubrimos la presencia del Resucitado en medio de la comunidad, sino también la invitación a ser pan vivo para saciar el hambre de tantos hermanos nuestros, que en la coyuntura que estamos viviendo la está padeciendo profundamente.
El texto también nos ayuda a comprender grandemente que el ser humano es el resultado de lo que come y de lo que bebe. Si comemos el Cuerpo de Cristo y bebemos su Sangre, no solamente como acto cultico o litúrgico, sino en el vivir, actuar y hacer como Cristo nos ha enseñado, entonces podremos decir que hemos comenzado un itinerario de adhesión a la Voluntad del PADRE CELESTIAL. De allí que hoy sea el día para abrirnos a la acción del Espíritu y Testimoniar con nuestras acciones solidarias ante el mundo que somos verdaderos discípulos del RESUCITADO.
Señor JESÚS, danos siempre del Pan de Tu Palabra para saciar nuestra hambrede justicia y encontrar la paz en esta vida transitoria, que nos prepara para entrar en el banquete de la vida eterna. Amen.