EVANGELIO DEL DÍA MIERCOLES 23 DE NOVIEMBRE DEL 2016

 

   Lucas 21, 12-19: “En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: a ustedes los tomarán presos, los perseguirán, los entregarán a los tribunales judíos y los meterán en sus cárceles. Los harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre, y ésa será para ustedes la oportunidad de dar testimonio de mí. Tengan bien presente que no deberán preocuparse entonces por su defensa. Pues yo mismo les daré palabras y sabiduría, y ninguno de sus opositores podrá resistir ni contradecirles. Ustedes serán entregados por sus padres, hermanos, parientes y amigos, y algunos de ustedes serán ajusticiados. Serán odiados por todos a causa de mi nombre. Con todo, ni un cabello de su cabeza se perderá.  Manténganse firmes y se salvarán”.

 

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 

Continuando con el discurso escatológico sobre el fin del tiempo, iniciado con el preanuncio de la destrucción del templo, Lucas, capítulo 21, versículos 12-19, muestra las tribulaciones a través del cual pueden pasar los discípulos enviados en misión. Este discurso, también presente en Mateo y Marcos, está escrito en el estilo apocalíptico, es decir, con imágenes dramáticas y violentas.

Jesús les dice: «Ustedes serán presos y perseguidos. Serán entregados a las sinagogas y enviados a la prisión. Los llevaran ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre. Así tendrán oportunidad de dar testimonio». Las persecuciones y pruebas serán causadas tanto por los jefes de las sinagogas y del templo, como por el Imperio Romano. Y añade que en esas experiencias él mismo estará cerca de los perseguidos fortaleciéndolos e inspirándoles lo que han de responder a los perseguidores.

En seguida tenemos la afirmación de que las tribulaciones llegaran por parte de la propia familia, causando divisiones internas. Estos conflictos, por una parte, provienen de la pérdida de valores y la desintegración familiar provocados por una sociedad sumisa al deseo de dinero y poder. Así que en una sociedad de este estilo puede surgir la incomprensión de  los familiares cuando uno de sus miembros hace opción por seguir a Jesús.

En nuestros días, muchos son los que dan y dieron testimonio de Jesús,  entregándose a la causa de la liberación de los oprimidos y rescatando la vida sobre la Tierra. Viviendo así, serán perseguidos y ejecutados. Los que rechazan el proyecto de Jesús se inclinan por la ambición a la riqueza y a la violencia de la guerra. Pero los discípulos de Jesús libres de ese espiral de violencia, con la cabeza en alto continúan su misión de liberar a los oprimidos, la promoción de la justicia y la vida.

Jesús en su ministerio, vivió momentos de alegría y tristeza, esperanza y  frustración, aceptación y rechazo, comunión y conflicto. Lo que también nos puede ocurrir a sus discípulos en misión.  Y es que el seguimiento de Jesús puede dar lugar a diversas pruebas, pero la alegría y la felicidad de la comunión con Dios, supera todo eso.

En la perseverancia para testimoniar el amor en el compromiso de promover la vida, profundicemos nuestra comunión con Jesús, sustentados por el amor del Padre, e iluminado con el Espíritu Santo, abracemos con alegría a todos nuestros semejantes y hagámosle partícipes de su Amor infinito. Amen.