Ladrones interrumpen vigilia de Pentecostés en iglesia Virgen del Valle

El sábado en la noche los feligreses de la iglesia Virgen del Valle, en la urbanización Mendoza de Puerto Ordaz, se dividieron en tres grupos para la vigilia de Pentecostés: uno en el auditorio, otro en la placita y otro en la gruta de la virgen rezando el rosario. El propósito era amanecer en el templo en virtud de la celebración.

Los planes religiosos fueron quebrantados cuando, aproximadamente, cinco sujetos irrumpieron en la congregación que tenía lugar en la placita, contó el padre Carlos Devera, párroco de la iglesia, quien en ese momento estaba en la gruta de la Virgen del Valle.

“Escuchamos los gritos de ‘¡ladrón, ladrón!’ y en seguida corrimos a los salones, para resguardarnos y las hermanas accionaron la alarma de la parroquia”. Gracias a la activación del dispositivo de seguridad que han instalado tras ser víctimas de atracos en repetidas oportunidades, los ladrones abandonaron el lugar. Solo lograron robar un celular a una joven, según el padre Devera.

El estruendo alejó a los malhechores. El sacerdote no logró divisar si los sujetos estaban armados. Infiere que son muchachos de la misma zona “porque siempre entran por el mismo sitio y se van por el mismo sitio” refiriéndose a la cancha de fútbol de la iglesia.

La Policía llegó minutos después de que los ladrones hubieran escapado. Luego de varios recorridos, no pudieron encontrarles, según la información que le facilitaron al padre. Luego de lo ocurrido, los asistentes desistieron de la idea de amanecer en la iglesia en celebración del domingo de Pentecostés.

“Éramos la única parroquia con esos planes. Todas habían decidido estar una o dos horas por eso de la inseguridad”, lamenta el padre Devera.

Devera reiteró el llamado a la conciencia ciudadana aunque, de tantas veces que han vivido de cerca la inseguridad en su iglesia, concluye con la resignación de que “esto es lo que vive toda Venezuela”.

Tres meses de tregua

Este sería el primer robo que sufre la iglesia luego del último ataque del hampa, a finales de enero. En ese entonces los atracadores asaltaron una reunión de la Diócesis de ciudad Guayana en el que el obispo Mariano Parra Sandoval resultó robado.

“En su momento, con el robo que hubo a Monseñor (Parra), la Policía vino, contactó con nosotros, pero desde ahí patrullaje como tal, no he visto, no he visto el apoyo”, relató el sacerdote Carlos Devera.

A pesar que los funcionarios solicitaron los números de teléfonos de los equipos robados ese día, para dar con el paradero de los maleantes, no ha habido culpables de ese robo. Ese ataque fue el octavo robo registrado en la iglesia solo en enero.

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