Respetado señor Ministro:
Usted acaba de ser nombrado responsable último de una “cartera” con muchos bolsillos: Educación, con sede administrativa en un edificio con 20 pisos. De verdad, no lo envidio. Tendrá mil y una cosa que mirar. Yo sólo he ido a dos o tres pisos de la esquina de Salas y llevo más de 40 años entre maestros, escuelas, madres y padres con hijos en aulas, ¿qué tal usted que apenas comienza a conocer de ese tema?
Precisamente por eso le escribo y lo hago con respeto pues no tengo por qué pensar mal de alguien que por primera vez se acerca profesionalmente y con mucho poder, a este mundo de pupitres y chamos. No sé su edad, pero seguro que es más joven que yo, y lo que sí sé, es que yo le llevo ventaja en esto del conocimiento del mundo escolar.
Lo anterior es lo que me lleva a escribirle y rápido, ante de que abra la primera carpeta con los obligados informes que el Ministro saliente le entregará. Empiece por escuchar primero, con humildad. El hecho de haber estado en un aula como alumno – primaria, bachillerato y universidad – pero no como responsable y el hecho de no venir de ninguno de los 20 pisos le obliga a escuchar a los que sí han estado al frente. Escuche, pregunte, digiera la información antes de ponerse a dar órdenes. Sugiero las siguientes reuniones y algunas preguntas.
Averigüe datos básicos como cuántos niños, niñas y adolescentes están en las aulas – asistiendo de verdad – y cuántos oficialmente se están quedando fuera; pregunte cuántas escuelas nuevas se hicieron en el 2016. Datos importantes: me temo que no se sabe con certeza cuántos están yendo a clases, no sólo los que están inscritos, y si le dan una cifra, pregunte porqué hay tal grado de inasistencia. Pregunte también cuantos directores y maestros interinos tiene el Ministerio. Haga un ejercicio de imaginación y piense cómo actuaría usted si le hubiesen dado un papel con la frase “Ministro interino”… Escuche a los viceministros que tienen ya un tiempito en el cargo, qué quisieron hacer y qué hicieron…
Otro consejo: elija un liceo o escuela primaria al azar y váyase de incógnito. Esto es, en bus o en metro, sin chofer ni guardaespaldas, sienta el temor que la mayoría de los maestros sienten al ir a su lugar de trabajo: pueden ser atracados – como la maestra Vanesa, de Maracaibo, que fue atracada 8 veces el año escolar pasado -, sepa que también le se puede perder la vida yendo a trabajar, como nuestro maestro de segundo grado, asesinado en marzo del 2016 cuando iba a su escuela vía Guarenas, vaya en autobús, como va la mayoría – no da el sueldo para el mercado mucho menos para comprar un carro -; vaya sólo, observando. Al llegar y mezclarse con el personal del plantel, póngase al lado del director, vea la lista de asuntos de los que tiene que ocuparse: desde saber si llegaron los suministro del SAE, si no robaron la escuela el fin de semana, si hay agua y electricidad, si no hay planillas pendientes para el Distrito escolar- porque eso es lo que normalmente piden los supervisores, si no hay información de “balacera a la vista” – vaya a alguna escuela de San Agustín , por ejemplo – evento que obligará a suspender clases tal vez por varios días… En fin, vea la agenda del director y dígame cuando se ocupará el pobre del proceso de “enseñanza aprendizaje” de los estudiantes, o sea cuándo se ocupará de la lectura, la escritura… Pregúntele cuánto gana… De paso pregúntele de dónde saca recursos para que el maestro tenga lo mínimo para trabajar: sabrá que hay docentes que ponen de su bolsillo para que su aula tenga materiales básicos. No sé si se atreva a preguntar al director si han encontrado en la escuela armas – blancas o de fuego dañan parejo – , es un tema complicado pero que la consulta educativa puso en evidencia. Pregunte a los maestros si a veces no tiene miedo de ir a su lugar de trabajo… Pregunte a cuántos niños les han robado sus canaimita yendo a la escuela o las han perdido gracias a las visitas de los funcionarios de la OLP… Ah, le recomiendo no pasar al tema del nuevo currículo, no creo que haya respuesta única, algunos ni saben de qué se trata, pregunte primero cuál fue el resultado de los planteles que el año escolar pasado lo ensayaron, para eso son los ensayos.
Al salir de la visita, piense si le gustaría que sus hijos estudiaran en planteles como el que visitó.
Usted tal vez me dirá que su trabajo es para “asuntos de altura”, para eso está en el despacho del piso 20, y no para “asuntos pequeños”… yo sólo le adelanto que mejor empiece a conocer piso a piso antes de ponerse a firmar papeles en el piso 20.
Atte.
La maestra Luisa
06/01/17