Lucas 11, 14-23: “En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar y la gente quedó admirada. Pero algunos de ellos dijeron: «Este echa a los demonios con el poder de Belzebú, jefe de los demonios.» Y otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «Una nación dividida corre a la ruina, y los partidos opuestos caen uno tras otro. Si Satanás también está dividido, ¿podrá mantenerse su reino? ¿Cómo se les ocurre decir que yo echo a los demonios invocando a Belzebú? Si yo echo los demonios con la ayuda de Belzebú, los amigos de ustedes, ¿con ayuda de quién los echan? Ellos apreciarán lo que ustedes acaban de decir. En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando el Fuerte, bien armado, guarda su casa, todas sus cosas están seguras; pero si llega uno más fuerte y lo vence, le quitará las armas en que confiaba y distribuirá todo lo que tenía. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.
El santoral del día nos presenta entre otros santos la fiesta en honor a San Juan de Dios, nació en Portugal. Después de pertenecer a la milicia, en la que llevó una vida militar con mucho ímpetu, se entregó totalmente al servicio de los enfermos. Fundó a los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios. Se destacó por su caridad con los enfermos y los atendió dejando huellas de actos heroicos.
Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Jesucristo, según San Lucas capítulo 11, versos del 14 al 23, en el que se relata la acción de JESÚS, para liberar a un mudo de su limitación física y de la exclusión social a la que era sometido por padecer dicha afección.
Dios habla y la única condición que pone es la escucha atenta que implica obediencia, pero los interlocutores de JESÚS, quienes constatan sus signos de liberación que en esta ocasión devuelve el habla al mudo, y que no solo es que no le hacen caso, sino que lo rechazan, atribuyéndole tal acto extraordinario a una alianza que tiene JESÚS con el diablo. JESÚS se defiende de tan absurda acusación y después pasa al ataque, aunque de manera indirecta, tratando de hacer razonar con lógica normal. Al final corta tajantemente: “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.
La gente del tiempo de JESÚS tenía que callar por la fuerza ante tanta corrupción y represión, por parte de los dirigentes nacionales e imperiales. Por eso es que El Maestro, devuelve el habla los enmudecidos, ya que la palabra visualiza y revela la interioridad de las personas y al devolverles el habla JESÚS, las está liberando de la esclavitud del silencio y del anonimato.
Esta acción de JESÚS, es un desafío para los dirigentes políticos y religiosos de su época y seguramente también para los actuales, por eso tratan de callar también a JESÚS, desacreditándolo y descalificándolo, Él los confronta y cuestiona, ya que actúa en nombre del Dios de la vida y no en nombre de ningún agente del mal.
Por eso toda acción que implica liberara al ser humano de cualquier tipo de opresión y esclavitud, es signo tangible del Reino de Dios en medio de la humanidad. Devolver la palabra y la dignidad a quienes están atemorizados por estos regímenes que esclavizan con su propaganda gubernamental, con bonos miserables y bolsas de hambre, es la misión de todos los seguidores de JESÚS, y sin lugar a dudas es ese el mayor compromiso que nos genera la confrontación de este texto,
Señor JESÚS, ayúdanos a no malinterpretar Tus gestos de bondad. Ablanda nuestros corazones de piedra, líbranos de nuestras infidelidades y haznos percibir el gozo de poder aclamarte como uno de los tuyos. Amen.