EVANGELIO DEL DÍA LUNES 5 DE JUNIO DEL 2017

 

 

  Marcos 12, 1-12: “En aquel tiempo, Jesús les dirigió estas parábolas a los sumos sacerdotes: «Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y construyó una casa para el celador. La alquiló después a unos trabajadores y se marchó al extranjero. A su debido tiempo envió a un sirviente para pedir a los viñadores la parte de los frutos que le correspondían. Pero ellos lo tomaron, la apalearon y lo despacharon con las manos vacías. Envió de nuevo a otro servidor, y a éste lo hirieron en la cabeza y lo insultaron. Mandó a un tercero, y a éste lo mataron. Y envió a muchos otros, pero a unos los hirieron y a otros los mataron. Todavía le quedaba uno: ése era su hijo muy querido. Lo mandó por último, pensando: «A mi hijo lo respetarán.» Pero los viñadores se dijeron entre sí: «Este es el heredero, la viña será para él; matémosle y así nos quedaremos con la propiedad.» Tomaron al hijo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña. Ahora bien, ¿qué va a hacer el dueño de la viña? Vendrá, matará a esos trabajadores y entregará la viña a otros.» Y Jesús añadió: « ¿No han leído el pasaje de la Escritura que dice: La piedra que rechazaron los constructores, ha llegado a ser la piedra principal del edificio. Esta es la obra del Señor, y nos dejó maravillados? » Los jefes querían apresar a Jesús, pero tuvieron miedo al pueblo; habían entendido muy bien que la parábola se refería a ellos. Lo dejaron allí y se fueron.

 

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 

La Iglesia Universal celebra hoy, la fiesta en honor a San Bonifacio, monje Benedictino. Fue enviado a Alemania por el Papa Gregorio II, con un grupo de compañeros a evangelizar Alemania, hasta ese instante territorio pagano. El 5 de junio del año 754, teniendo 52 años de edad, muere martirizado en lo que hoy es territorio de Holanda.

Por su parte la liturgia diaria nos invita a meditar el Evangelio según Marco capítulo 12 versos del 1 al 12.  En este texto del evangelista Marcos, hace una comparación, la viña representa el Reino de Dios. Los judíos eran el pueblo de Dios, y habían llegado a considerar que los intereses de Dios se confundían con los suyos propios. Como ellos eran los elegidos de Dios, él les debía su ayuda contra los demás pueblos. Confiaban ser salvados y no se preocupaban por la suerte de los demás que no conocían a Dios. Dios les había encargado su Reino, es decir, los había dirigido a lo largo de su historia para que sus experiencias fueran una luz para los demás pueblos.

Conociendo mejor a Dios, debían desarrollar entre ellos la justicia, el espíritu de responsabilidad, el sentido de la fraternidad: ésos eran los frutos que Dios quería cosechar. Dios había enviado a los profetas para recordar al pueblo su deuda, pero fueron poco escuchados. Por último viene el Hijo único de Dios hecho hombre, y pasa lo mismo; va a ser matado fuera de la viña, es decir, después de ser rechazado por los suyos.

Entonces la obra del Reino de Dios va a ser encargada a otros, es decir, a todos los que se reunirán en la Iglesia de Cristo. Aquí termina la parábola. Pero aunque la Iglesia tenga «las promesas de la vida eterna», esto no significa que tal o cual parte de la misma no puedan desaparecer. La Iglesia de hoy está prácticamente ausente en países y en ambientes sociales que contaban con numerosas comunidades en el pasado, y tal vez esto se deba a que en ellas se desvirtuó el espíritu del Evangelio. Si la Iglesia pasa a ser un grupo social como los demás, si no es el lugar donde hay más obediencia a Dios, más empeño para salvar a los que sufren en vano, los que se hicieron dueños de la viña se encontrarán posiblemente algún día con las manos vacías.

Pidámosle a Dios que envíe a nuestros corazones, el Espíritu de la verdad, para que nos ilumine y podamos ser testigos de su presencia y que a imitación de San Bonifacio, asumamos con valentía y coraje los maltratos del mundo y con la fortaleza del Espíritu Santo perseveremos en la construcción de un mundo más justo y solidario. Amen.