EVANGELIO DEL DÍA MARTES 12 DE JUNIO DEL 2018

 

Mateo 5, 13-16: “En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal deja de ser sal, ¿cómo podrá ser salada de nuevo? Ya no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente. Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos”

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

El santoral del día nos presenta entre otros santos la fiesta en honor a San Onofre, fue un eremita nacido en Etiopia, hijo de un príncipe abisinio, que nació y vivió en la cuarta centuria de la era cristiana. Es el patrono de los desempleados y a su vez el “más popular de Venezuela” también le piden “para nunca haya escasez de comida en los hogares cristianos”.

Y la liturgia diaria nos presenta el Evangelio de JESUCRISTO, Según San Mateo capítulo 5, versos del 13 al 16, en el que se relata las palabras de JESÚS, dadas a sus discípulos, sobre el modo en que debían comportarse al momento de asumir la misión para lo cual los estaba preparando. Las Palabra de JESÚS, les recuerda  a sus interlocutores que Alianza de sal era la alianza de Dios con los sacerdotes, por cuanto era duradera y aseguraba la permanencia del pueblo elegido por Dios (Núm 18,19).

Así, pues, los discípulos de Jesús somos sal de la tierra, porque tenemos el mandato de hacer entrar al mundo en la alianza de Dios. Por lo que debemos mantener en el mundo las inquietudes por la justicia verdadera y, con esto, impedir que las sociedades humanas se estanquen en la mediocridad. Por otra parte el mundo por sí mismo no sabe para qué lo llama Dios, y los que se presentan como luces no lo serán jamás si no se hacen discípulos de JESÚS.

Seguramente en muchas ocasiones nos hemos preguntado de qué manera cada cristiano puede asumir su papel de discípulos en este mundo tan indiferente a las cosas de Dios. Y por esa razón somos muchos los que nos desanimamos a diario. Con la imagen de la sal y de la luz que JESÚS, nos regala hoy, nos fortalece y nos orienta acera de nuestra misión.

Porque no se trata de que todos se alienen como seguidores de JESÚS, que sería lo más maravilloso que pudiera pasar, pero lamentablemente los intereses mezquinos de la humanidad no lo permiten. Por eso es que nuestro Señor JESÚS, quiere, que quienes nos llamamos sus seguidores, dejemos nuestras propias huellas en el mundo, y que mediante el testimonio de vida y nuestras obras de misericordia el mundo tenga el sabor y la luz de JESÚS.

Como cristianos estamos llamados hacer sentir nuestra presencia en el mundo, pero al hacerlo debemos implementarlo al estilo de JESÚS, que es el del Amor, por eso hoy es el día para preguntarnos: ¿en los ambientes familiares, laborales, eclesiales y en general en cada sitio en los que interactuamos, estamos alumbrando con la luz de Cristo y dando sabor con nuestras buenas obras? ¿En los ambiente de odio y de indiferencia, somos sal para dar sabor a ese mundo insípido?

JESÚS, Maestro de ternura, permítenos ser sal de la tierra y luz del mundo, para que vivamos cada día de nuestra existencia, irradiando Tu Amor a cada uno de nuestros semejantes con los que interactuamos diariamente. Amen.